BREVE HISTORIA
Se trata de un plato típico de la dieta mediterránea, cuyos orígenes, al igual que los del ‘dinero negro’, se pierden en la noche de los tiempos.
INGREDIENTES
Dos manos de apariencia pulcra y sin signos evidentes de haber pasado ya por la Unidad de Grandes Quemados de Cruces.
Aceite para engrasar la administración burocrática encargada de la adjudicación de obra pública. En caso de no disponerse, se puede sustituir por un maletín repleto de billetes de quinientos euros.
Un cargo público de piscifactoría, criado con los mejores piensos en la sede social de algún partido y pillado ‘in fraganti’ en pleno trajín económico inexplicable, bien sea en Suiza, bien sea en cualquier modesta gasolinera.
PREPARACIÓN
Precalentamos a fuego lento la caja con la contabilidad B del partido.
Mientras, transferimos todo el dinero de las cuentas halladas por la comisión rogatoria judicial enviada a Suiza a otras más discretas, sitas en algún paraíso fiscal, a nombre de nuestra señora, pero cuya existencia negará conocer en redondo, llegado el caso.
Aprovechamos los últimos instantes para desmentir lo publicado, difundir un comunicado de prensa en el que nos mostramos “convencidos de nuestra inocencia” y amenazar con querellarnos contra quienes se atrevan a sostener lo contrario sin pruebas o incluso con ellas.
EJECUCIÓN
Una vez borradas todas las huellas de la tropelía, procederemos a la ejecución del plato en sí, una maniobra delicada que requiere de una cierta pericia y, sobre todo, mucha práctica.
Así, tras convocar a la prensa y en presencia de las cámaras, procederemos a poner la mano en el fuego durante unos breves instantes, vuelta y vuelta, con el objetivo de sellar la carne, conservando en su interior todos sus jugos, y sobre todo, borrar las huellas dactilares para evitar ulteriores situaciones comprometidas.
Acto seguido, mostraremos las humeantes palmas de las manos a los electores/comensales y procederemos a emplatar.
Espolvorear al gusto un poco de “cada palo que aguante su vela”, “el que la haya hecho que la pague” o incluso -en ocasiones especiales- “somos los más interesados en que se aclare todo”.
… Y LISTO
Si seguis todos los pasos, el elector/comensal os quedará delicioso, listo para la ingesta.
¡Disfrutad de este sencillo y refrescante plato de verano y triunfaréis entre vuestros familiares y amigos!
* Como guarnición, se recomiendan unas ‘patatas a lo rentas más bajas’ -antes llamadas a lo pobre- y para acompañar, qué mejor que una botella de Marqués Soto del Real, casi da lo mismo la añada.