El bertsolari Xabier Silveira regresa hoy a la prosa para aclararnos que en su anterior rapsodia la referencia a las prestaciones aquí y ahora del AK-47 era una mera licencia poética que no había por qué tomarse al pie de la letra. Falsa alarma, estábamos tan sólo ante otro concurso de ‘guitarra invisible’ con el fusil soviético haciendo el papel de Fender Stratocaster. El columnista se hace eco esta vez del lamento de “una persona que se ha pasado veinticinco años en la cárcel y al salir se encuentra con ‘una rendición en toda regla’», lo cual no es decir nada o es decir bien poco, si a continuación de se explica que las dimensiones de toda rendición obedecen siempre a las dimensiones de su correspondiente derrota. Y ésta ha sido militar y política, queda la batalla electoral, pero durante décadas la izquierda abertzale ha sido una y trina. Las partes determinan el conjunto, y si a una silla le quitas el respaldo deja de serlo para convertirse en una banqueta.
Si ETA no está ahora mismo negociando no es porque no tenga con quién, sino porque no tiene con qué. Por encima de los autocomplacientes ‘relatos compartidos’ que hablan del decisivo papel jugado por la sociedad vasca, a esta situación se ha llegado a lomos de la actuación de las FSE y del entramado judicial construido ‘ad hoc’. Que la una y el otro hayan desbordado la legalidad y, en un sentido más amplio, incluso la justica, es políticamente irrelevante, dado que ha sido a coste cero.
Cuando un corredor de maratón ha cubierto casi los 42 kilómetros y ni siquiera llega a atisbar la línea de meta debe empezar a barajar la posibilidad de que lleve treinta marchando en la dirección equivocada. En cuanto a las futuras generaciones -ese concepto tan vaporoso como incierto dado el galopante calentamiento global, amén del resto de calamidades que nos acechan-, tengo para mí que entrañan más riesgo las múltiples tentaciones inherentes al ejercicio de un cargo público al frente de cualquier institución que la posibilidad de un súbito arrebato que las lleve de vuelta al monte.