Sólo han hecho falta 82 ediciones de la Liga de Fútbol española para que los más avispados aficionados al arte balompédico  se percaten de que el campeonato siempre es cosa de dos equipos, en concreto, de los que vienen sumando 54 de los títulos disputados a día de hoy. A beneficio de inventario, señalar que los otros 28 se los repartieron siete clubes. Para situarnos, estamos hablando de un campeonato por el que han desfilado docenas y docenas de equipos. Por fortuna, al holgado 7-0 del Barça le sucedió ayer el apretado 2-1 del Madrid. De culminar el proceso secesionista catalán, quizás estemos en camino de disfrutar de  una Liga de partido único. Curiosamente, los enamorados de la belleza inherente a la disputa deportiva que ahora aúllan en contra de una competición que consideran adulterada sólo abrirían la boca para proferir el “yo soy español, español, español” en el caso de que fuera La Roja la que se paseara por Mundiales y Eurocopas a golpe de 7-0. En cuanto al injusto reparto del dinero de las televisiones, más lógico sería reservar la vehemencia para las reivindicaciones que afectan a las asignaciones contempladas los presupuestos del estado. Estamos en un país que, en el peor de los escenarios económicos imaginables, aún destina fondos públicos a la construcción de campos de fútbol. En efecto, ésta es la mejor liga del Mundo. En concreto, del Mundo Deportivo, así como de Sport, Marca y As. Para todo lo demás, la que lucía Marlene Dietrich en ‘El ángel azul’.