Verano de 1982: tengo catorce años y estoy en casa de mis padres. Mi hermano entra en el dormitorio que compartimos. Me dice: “Mira”, mientras me enseña un pequeño espejo en el que aparece dibujado un rostro a modo de negativo de una película fotográfica. “¿Quién es?”, pregunto mientras contemplo la mirada ausente del espejo. […]