Que a estas alturas es de dominio público que el nombramiento de Itziar Nogeras como directora general de la Capitalidad Cultural Europea Donostia 2016 fue un acto preñado de presuntas irregularidades resulta muy difícil de rebatir, dado que aunque todo es relativo, no hay forma humana de explicar cómo es posible que alguien comunique a familiares y amigos que ha aceptado un cargo un mes antes de que el puesto salga a concurso. A partir de ahí, se puede elucubrar cuanto se quiera sobre hasta qué punto algunos dirigentes políticos dejaron a Nogeras a los pies de los caballos, primero por su impericia, segundo por su inhibición a la hora de asumir su propio error.
El exalcalde de Donostia Odón Elorza regresaba ayer a la Casa Consistorial para denunciar el “sectarismo” del gobierno municipal y de la Fundación 2016, con la “complicidad” del Gobierno Vasco y el PNV, este último, siempre presto a proporcionarle a Bildu la cuerda que necesite para fabricarse una soga de la que colgarse. Elorza explicó que por tres veces ha pedido el expediente que da cuenta del procedimiento de nombramiento de Nogeras y que por tres veces ha recibido la callada por respuesta, pese a que la Ley de Transparencia, aprobada en diciembre de 2013 -es decir con posterioridad a las dos primeras peticiones de Elorza, formuladas en agosto y noviembre- obliga a entregar dicha documentación en virtud de sus artículos 12 y 13. En este punto, el portavoz del Grupo Socialista, Ernesto Gasco, introdujo un elemento de confusión al admitir que, aunque también ellos lo han reclamado el expediente, el Gobierno municipal no tiene la obligación de entregárselo. Bildu, por su parte, alega que frente a la Ley de Transparencia se impone la de Protección de Datos y concluye que no es que se haya negado a entregar el expediente de Nogeras: es que la ley le prohíbe hacerlo so pena de ser objeto de denuncia.
Así las cosas, en lugar de esgrimir un anuncio de la Capitalidad publicado en 2012 como prueba de que, en efecto, la Oficina del 2016 es una suerte de ‘Diez negritos’ en la que sus protagonistas van cayendo uno tras otro a manos de aún no se sabe quién -con Bildu perfilándose como principal sospechoso-, quizás hubiera sido más procedente que Elorza hubiese comparecido con una denuncia ante el juzgado que recogiera su solicitud de acceder a una documentación que, según dijo, como ciudadano tiene derecho a conocer. Al fin y al cabo, el exalcalde era probablemente ayer el único licenciado en Derecho presente en la sala de Junta de Gobierno del Ayuntamiento. Descartada la entrega voluntaria del expediente, si Elorza no recurre a los tribunales para averiguar qué llevó a la consultoría LKS a concluir que Nogeras era la candidata mejor cualificada corre el peligro de que parezca que está disparando contra el 2016 con eso que se llama “pólvora del rey”.