Vindicación de un imbécil: su seguro servidor | El jukebox >

Blogs

Alberto Moyano

El jukebox

Vindicación de un imbécil: su seguro servidor

Me encantaría –es un decir, claro– aceptar todos y cada uno de los disparatados presupuestos que se dan por hecho en este estrambótico texto, pero me resulta del todo imposible. Y no puedo  porque si asumiera que por ser hombre formo parte de la «cultura de la violación», tendría que hacer lo propio y por idénticas razones con la «cultura del asesinato» y con la «cultura de la pederastia».  A continuación, me vería obligado a hacer mías la «cultura de la supremacía racial» en mi condición de hombre blanco y la «cultura judeófoba», dado mi origen ario. También soy vasco, pero a ver cómo me las arreglo para aceptar que soy parte de la «cultura del comando Madrid». Demasiadas culturas para una sola persona, y en cualquier caso, demasiado multiculturalismo.

A las pegas enumeradas en el párrafo anterior le siguen otras aún más difíciles de soslayar. Por ejemplo, en atención al principio de reciprocidad, de haber algún inmigrante que viviera de las ayudas sociales sin querer un trabajo, me vería en el brete de exigir a todos los inmigrantes que reconocieran su militancia en la «cultura de la estafa»; ítem respecto a los gitanos y la «cultura del robo»; a los rumanos y la «cultura de la mendicidad»; o los  y las árabes y la «cultura del machismo». Y sigo: ¿forman parte los rusos de la «cultura de la violación» por el hecho de que el Ejército soviético forzara sexualmente a 1,4 millones de mujeres de todas las edades durante la II Guerra Mundial? ¿O sólo los rusos comunistas? ¿O sólo los comunistas, sea cual sea su nacionalidad? ¿Deben entender las mujeres de alguna etnia o nacionalidad que forman parte de la ‘cultura de la prostitución’ porque haya compatriotas que la ejerzan? ¿Deben asumir que si salen a la calle con ropa ajustada y/o tacones refuerzan esa ‘cultura’?

Ante las patrañas lanzadas por el autor en su artículo, una detrás de otra, digo «no» o, mejor, «ni hablar».  Formo parte de las culturas a las que me adhiero, en ningún caso de las que rechazo. Y para no hacerme trampas al solitario, diré que no he elegido mi condición de hombre, de blanco o de ario. Pero sí otras circunstancias. Por ejemplo: mi forma de vestir. Cada cual podrá pensar lo que quiera sobre las ‘pintas’ de cada cuál, también de las mías, pero que en ningún caso se me pida que haga mías sus conclusiones. Ni en sueños. Sería tanto como asumir el tristemente famoso ‘discurso de la minifalda’ y yo estoy por el derecho de autodeterminación, también el individual.

*Realmente, para escribir este post he tenido que sobreponerme a la enorme pereza que el texto original me suscita, a la enorme vergúenza que me da descender a semejante charca y, sobre todo, a la resistencia que me produce la sospecha de que todo es obra de un bromista frustrado, de un majadero narcisista o de las dos cosas a la vez. Si finalmente lo he escrito ha sido en atención a los cientos de tuiteros que lo han difundido solemnemente, bajo la fórmula: «Si eres tío, lees este post y no lo entiendes, eres un imbécil». Proclamo con orgullo que lo soy. Y añado: gracias al cielo. Por muchos años.

Temas


agosto 2014
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031