–Estamos en directo con el portavoz de los familiares
–Que dejen de atosigarles en estos momentos tan duros. Por cierto: no contratéis a ningún abogado, constituiros en asociación, rechazad las versiones oficiales, no os reunáis con nadie y cuidado con los psicólogos, que igual trabajan para la compañía aérea.
–Se ha hallado una caja negra.
–¿Ah sí? Y si ya la han encontrado, ¿por qué no nos lo cuentan su contenido?
–La grabación demuestra que el copiloto se encerró en la cabina y estrelló el avión a propósito.
–Vaya, qué raro… A penas han pasado 48 horas y ya está todo claro. Muy sospechoso, ¿no? Todo esto es para que no pensemos por nuestra cuenta.
–Se ha informado ya a los familiares de las víctimas.
–Claro, para que no hagan preguntas incómodas. ¿Y por qué no esperan a terminar la investigación antes de extraer conclusiones?
–El copiloto tenía una historial médico de depresiones y problemas psicológicos.
–Ya estamos criminalizando… La depresión no es un delito.
–La grabación recoge una respiración normal.
–¿Respiración normal cuando está a punto de suicidarse? ¡Vamos, hombre! Eso no hay quien se lo crea.
–Bloqueó la puerta desde dentro.
–Eso podría deberse a que sufrió un ataque al corazón.
–Estaba en tratamiento.
–Lo que faltaba… Ahora dirán que estaba loco para ocultar que la lógica criminal del ‘low cost’ conduce irremediablemente a estrellar aviones contra montañas.
– El avión estaba en perfecto estado.
–Sí, hombre, y qué más… ¿Por qué ahorran en mecánicos y no gastan más en psicólogos? Siempre ponen a los más locos a los mandos del airbus…
–Había roto con su novia.
–Normal. El puto patriarcado…