Ni se habían apagado los ecos de los disparos de París, cuando las infatigables cofradías de penitentes alzaban sus pasos procesionales e iniciaban sus respectivos recorridos desgranando sus habituales letanías para recordarnos, una vez más, que la matanza era el justo castigo por nuestros innumerables pecados. De vez en cuando, desde las redes sociales, se […]