Los ‘populares’ acusan a los socialistas de instaurar en España un régimen estalinista mediante la instrumentalización de la policía, la judicatura y la fiscalía, además de la aplicación de prácticas ilegales, como escuchas telefónicas sin permiso del juez, con el objetivo de acabar con la oposición. Sin embargo, los segundos gobiernan en el País Vasco con el apoyo de los primeros.

El PNV considera que los socialistas conculcan los derechos civiles de una parte de la ciudadanía vasca con el objetivo de sacarla de los comicios y obtener así la suma matemática que les permite encaramarse al poder autonómico. Mientras, los socialistas opinan que los nacionalistas se pliegan a la estrategia político-militar de ETA. Ni una cosa ni la otra impiden que ambos firmen el acuerdo que da luz verde adelate los Presupuestos Generales del Estado de los socialistas, instantes antes de que el PNV se sume a una manifestación bajo el lema “por la libertad”, que se encuentra amenazada, en su opinión, por esos mismos socialistas.

Allí, en la manifestación, los representantes jeltzales se encuentran con los miembros de una izquierda abertzale que considera al PNV la “tragedia nacional de Euskadi”, título que, en opinión del PNV, corresponde indiscutiblemente a ETA.

También se hallan en el lugar de la convocatoria los líderes de Aralar , formación que, simultáneamente, opina que: a) la izquierda abertzale tradicional debe dejar de estar sometida al dictado de los violentos; y b) es injusto que se persiga judicialmente a la izquierda abertzale tradicional por estar sometida al dictado de los violentos.

Mientras, en Madrid, los populares reprochan a los socialistas que pacten para sacar adelante los presupuestos con un PNV que no duda en desfilar por las calles de Euskadi con los cómplices de los etarras. No obstante, mantendrán su condición de “socio preferente” de los socialistas en Euskadi.

Conclusión: en efecto, estamos cerca de una solución definitiva al problema. Lo contrario, es decir, el mantenimiento del estado actual de las cosas, resulta inimaginable.