1) El buscador Google saluda la festividad de San Sebastián con la inclusión de un individuo ataviado de cocinero tocando el barril, todo un guiño a la tamborrada. Se trata de un personaje de ficción, fruto de alguna imaginación desbocada. Su porte atlético le sitúa en las antípodas de los componentes de nuestras tamborradas de referencia. Su rostro enjuto ya ha sido incorporado a la base de datos del FBI de cara a futuros retratos-robot de Bin Laden.

2) La tesis de los Sanfermines son los encierros; su antítesis, los pamploneses y pamplonesas que ponen pies en polvorosa apenas empieza la fiesta. La tesis del Día de San Sebastián es la izada. La antítesis, ese puñado de donostiarras repartidos por el mundo que, a los sones inmortales de Sarriegi, solloza en la habitación de un hotel o de un piso de alquiler. La síntesis es que, a diferencia de lo que sucede en Pamplona, en Donostia la disidencia no está aceptada en sociedad.

3) Por fin, un Tambor de Oro que no requiere de más explicación. Tras los enigmáticos galardones concedidos a Pilar Miró, Di Stefano o Ábrego, los miembros de la Oreja de Van Gogh se han hecho esta mañana con la distinción. Precious. Al final, se han homenajeado a sí mismos convirtiendo una canción de borrachera como es la Marcha de San Sebastián en una narcoléptica nana.

4) Del Día de San Sebastián se puede decir lo mismo que de los años ochenta: si lo recuerdas es que no estuviste. Salvo que seas Juan Mari Abad, claro.