El oficio de donostiarra exige dedicación exclusiva, tantas son las tareas irrelevantes que reclaman nuestra atención. De alguna forma, todos somos nuestros propio alcalde y, a la vez, todos son el nuestro. Vayamos por la penúltima: la cantante Bebe emitió ayer un comunicado para desmentir “rotundamente cualquier relación ideológica” con UPyD.

“Me encontraba allí por motivos familiares”, aclaraba la cantante en relación con una supuesta fotografía suya en un acto del citado partido, frase que, por otra parte, también podría adoptar Leire Pajín sobre cualquier mitin socialista en Benidorm.

Ya el comunicado encarnaba las virtudes y defectos que adornaban al McLuhan de “el mensaje es el medio”. Si ya resulta rebuscado que una valenciana emita una nota escrita primero en euskera y luego en castellano, el hecho desmiente por sí mismo cualquier simpatía hacia el partido de Rosa Diez.

Fruto quizás de la confusión ideológica en la que vivimos, Bebe aportaba lo que, a su juicio, es una prueba irrefutable de su no militancia: “Mi participación en el programa de quienes apuestan por una Aste Nagusia popular
en Donostia es totalmente voluntaria y comprometida, habiendo rechazado una
mejor oferta económica del Ayuntamiento de la ciudad para participar en su
programa oficial”. Qué tendrá que ver una cosa con la otra es algo que queda en el aire. Por lo demás y por fortuna para la propia cantante, ni su simpatía ideológica hubiera empeorado sus canciones, ni la improbable militancia las hubiera liberado de su tediosa carga.

Dicho lo cual, es ésta una puerta que quizás nunca debió abrirse, pero dado que ya se encuentra de par en par, hay que asumir responsabilidades para llegar hasta el final. Por orden rigurosamente arbitrario, ¿sigue siendo Loquillo numerario de Lokarri? ¿Simpatizan los Wailers con SOS Racismo? ¿Es Kiko Veneno de Convergencia i Unió? ¿Fomentan el sexismo Maldita Nerea y el escapismo Los Planetas? Y por encima de todo,  ¿fue realmente agente de la Policía Nacional el cantante de Los Suaves?