Aunque fuese un gran poeta aquél que alertó de que “una de las dos Españas ha de helarte del corazón”, lo cierto es que cuando lo dijo no tuvo su mejor día. La característica principal de España es su no existencia, ni unitaria, ni dual. En cuanto a lo de helarte el corazón, por favor, a eso se le llama bajada de tensión.

No hay España, aunque inexplicablemente sí que haya españoles. Unidos en su variedad, enriqueciendo con sus peculiaridades un proyecto común, que no es otro que obedecer sumisamente las directrices de los mercados, impartidas regularmente a través de su brazo armado -en rigor, uno de ellos-: las agencias de calificación de deuda.

Al igual que les sucede a los anoréxicos, Zapatero se mira en el espejo y sólo ve recuperaciones económicas, salidas de la crisis, creaciones de puestos de trabajo y brotes verdes como para alimentar a toda la gran familia rastafari.

Eso sí, para que a las acusaciones de tonto inepto no se les sumen las de loco insensato ya ha anunciado que modificará el sistema de pensiones. Así, la estafa de quienes antes pagaron y ahora perciben, se extenderá a quienes ahora pagan con la esperanza -vana- de luego percibir. 

Entre los enigmas contemporáneos a desentrañar urgentemente, figura en cabeza el que enuncia la frase “peligra el sistema de pensiones”. Esta frase trabaja sóla o en compañía de otras, del tipo “hay que revisar la cobertura sanitaria universal y gratuita”. 

Entiéndaseme bien: no se trata de cuestionar este análisis. Sólo pido que cuando llegue ese fatídico día se hayan suprimido mucho tiempo atrás los presupuestos de Defensa y reducido considerablemente los de Interior, y lo mismo da Ministerio que Consejería -y si cito a todos estos uniformados no es por inquina personal, que también, sino por estricto respeto a las reglas del juego de la demagogia, que es la que suele regir estos debates-.    

Dice el vicesecretario de Comunicación del PP y mascarilla anti-arrugas para después del afeitado, Esteban González Pons, que  “una familia que se precie de serlo, lo último que hace cuando llega la crisis es quitarle la cena al abuelo” y, sin embargo, -ha añadido- “eso es lo primero que ha hecho Zapatero”.

Ajá, ya se van aclarando las cosas. Ahora nos percatamos con claridad de que el Barça-Madrid no sólo coincidirá con las elecciones catalanas, sino también con la hora de la cena. Por lo demás, no hay demasiado de qué preocuparse. Los nutricionistas ya han avisado de que la principal comida del día es el desayuno.