La mañana de los domingos era un espacio tradicionalmente reservado a la reflexión, en su mayor parte, en torno a la jornada liguera, tanto en lo que a los resultados de la víspera como los pronósticos de la tarde se refiere.
Sin embargo, últimamente no hay día de descanso que no venga marcado por la sucesión de vídeos, comunicados y entrevistas con dirigentes de ETA, mediadores de paz o líderes de la izquierda abertzale. Hoy tocaba entrevista de ‘El País’ con el recluso Arnaldo Otegi.
Lo primero que ha llamado la atención ha sido la enorme permeabilidad de los dispositivos de seguridad de Instituciones Penitenciarias. No sólo han entrado los cuestionarios y salido las respuestas, sino que que incluso nos hemos enterado de que alguien introduce libros de Eduardo Punset en la cárcel, quien sabe si con el mismo objetivo que con el que entra la heroína: mantener la paz social intramuros.
Si el vis a vis es el principal metodo de introducción de droga en prisión, cabe desear por el bien de los ‘muleros’ que en el caso de los libros hayan encontrado otro sistema, dado el volumen que pueden llegar a ocupar 300 páginas encuadernadas en tapa dura y aún en el caso de que se trate de ediciones de bolsillo.
La entrevista prueba una vez más la superioridad de la política sobre las armas, incluso desde la perspectiva de quienes detentan estas últimas. Obviando la cita a Punset, por mucho menos de lo que firma Otegi por escrito, otros han acabado expulsados del Colectivo de Presos.
En cuanto al contenido, si es tan interesante su formulación como aburrida su lectura, estamos ante un hito histórico. El caso es que a casi nadie parece importante que sea una cosa. Ya no hay dios que se aclare en esta escena si lo que está en movimiento es realmente la diligencia o tan sólo el paisaje de cactus que se proyecta como fondo. En todo caso, a estas alturas más vale que ETA se haga a la idea de que puede contar para su disolucion con la misma ayuda exterior que tuvo para volar la T-4, o sea, ninguna.
Ahora, todo se reduce a construir un relato que acompañe a los hechos consumados, a la manera en la que Patxi Lopez insiste -sin mucho exito si hay que decirlo todo- en presentarse, no solo como gran adalid de los pactos entre PNV y Zapatero, sino como su principal beneficiario, loado sea el cielo.
En cuanto a Brian Currin, puede que, en efecto, sea una enfermedad oportunista, pero si formula una invitacion en privado, lo correcto es que la respuesta, sea ésta cual sea, tambien quede restringida al mismo ámbito. De lo contrario, da pie a sospechar que el mediador surafricano no es el único dispuesto a ‘lucrarse’ con todo eso. Parece mentira que haya que explicarle estas cosas a Basagoiti, con lo que nos estamos gastando en su educación.