Alberto Moyano

Cazada en la repetición de la noche del domingo, la última entrega de
‘La ciudad se mueve’, en Teledonosti, resultó la mar de interesante.
Con los incidentes matutinos del jueves aún recientes, el alcalde
donostiarra se enfrentaba a los portavoces del resto de grupos
políticos municipales.
Elorza inauguró –o quizás no– una nueva línea de agresividad al rebatir
los ataques de sus oponentes combinando los razonamientos con el
etiquetado implacable, en plan: «Siga usted con los argumentos de la
derecha», «porque PNV y PP, los partidos de la derecha» o incluso «eso
es lo que le gusta a Acebes». La táctica resultó. En un rapto de
ternura, la representante del PP, María José Usandizaga, le replicó que
aunque no le importaba que le dijera que era de derechas, en realidad,
ella era «de centro-derecha». También tuvo sus más y sus menos Elorza
con el portavoz del PNV, sustituto en el cargo de Román Sudupe, y con
el que su formación, sin duda, habrá salido ganando, a pesar de que
estéticamente limita con «Amo a Laura».
La incineradora, cuyos partidarios rechazan el calificativo de
incineradores, y la seguridad ciudadana, amenazada al parecer por las
hordas rumanas, protagonizaron el debate. El alcalde se esforzó en
recalcar que la incineradora es un «sapo» que, «como tantos otros en
esta vida», ha tenido que tragarse. PNV, EE y PP le acusaron de
antiincinerador sobrevenido y negaron que hubiera habido un chantaje,
tal y como Elorza denunciaba. En cuanto al tema de la seguridad, se
zanjó más o menos con las habituales promesas de más policía y más
expulsiones.