“Van Cañete, un vendedor de misiles, la niña de Rajoy y un ex alto directivo de Lehman Brothers, y Mariano les dice ‘mire usted’…” El enunciado de los componentes del nuevo gobierno empieza como un chiste y termina como la lista de futbolistas convocados para el próximo partido.
Mariano ha formado un grupo compacto, obediente, con una gran experiencia y unos vastísimos conocimientos en materia económica, con el único objetivo de salvar a España de sí misma mediante la aplicación intensiva de una sola idea: “Habrá que trabajar más para cobrar menos”. Los demás ya puede disolverse porque verán el partido desde la grada. Si en la rueda de prensa de Rajoy no se admitieron preguntas fue tan sólo porque no había respuestas.
La salida de la crisis dependerá de nuestra capacidad de sacrificio, entendida como la virtud de obedecer a ciegas. A los ciudadanos no se les va a pedir nada que no se les vaya a exigir también a los nuevos ministros, esto esto, adhesión inquebrantable y si finalmente el proyecto Rajoy fracasa será porque no supimos estar a la altura de las circunstancias, para qué engañarnos, adversas para los asalariados, inciertas para todos los demás. La juventud mejor preparada de nuestra historia ha elegido un gobierno dominado por los sexagenarios, una edad que quedará progresivamente alejada de la jubilación.
Es éste un Ejecutivo en el que la resolución final del problema vasco no ocupa lugar alguno por la sencilla razón de que Rajoy sabe que es precisamente a pocos minutos de cerrar los mercados cuando los precios de las mercancías caen en picado. Dicho en otras palabras, la Izquierda Abertzale va a realizar el mismo camino con o sin la colaboración de los demás, por lo tanto, no hay motivo para ocuparse de un tema anecdótico cuando apremian cuestiones más urgentes. La ausencia de dirigentes del PP vasco en el nuevo gobierno demuestra la gran influencia que sobre Rajoy ejercen de los hombres de Basagoiti, conscientes de que nada tienen que aportar.
En cuanto a la fusión de Educación (para la ciudadaruina), Cultura (del pelotazo) y Deportes (de Sociedad Anónima) en un solo ministerio, tan sólo constatar que la idea probablemente venga inspirada por un personaje de actualidad que encarna como nadie las tres especialidades: Iñaki Urdangarin.