El sector más levantisco e inconsciente de los estudiantes que ayer se manifestaron en Barcelona eligió la dirección equivocada y, en lugar de lanzarse en picado sobre comisaría, cometieron en su bisoñez un error fatal: se encaminaron hacia el Mobile World Congress -en adelante MWC-. Por fortuna para los incautos, los antidisturbios actuaron con contundencia, impidiendo que accedieron a ese círculo del infierno.
Por allí han pasado 65.000 siervos de la telefonía inalámbrica que -a razón de entre 699 a los 4.999 euros la entrada- asistieron en vivo al alumbramiento del Windows 8 que, pásmense, elimina el botón ‘inicio’, un giro de 180 grados en torno a no se sabe muy bien qué, en todo caso, una revolución llamada a cambiar el mundo durante un ratito.
En el MWC se han dicho cosas mucho más duras de las que jamás se hayan podido escuchar en la más exaltada asamblea estudiantil. Así, las compañías de teléfonos han llegado a la radical conclusión de que sus clientes apenas disponen en el mejor de los casos de dos manos, dos orejas y una boca, lo cual hace innecesario continuar regalándoles terminales -una expresión reservada hasta ahora para estaciones de tren y enfermos graves- cada vez que contraten una nueva aplicación.Al parecer, esto también cambiará el mundo.
Pero no quedó ahí la cosa. Por ejemplo, hubo sortilegios indescrifrables, como “Nokia lanza sus teléfonos Lumia en alianza con Microsoft”, mientras un tal Eric Schmidt aseguraba que ” dentro de cada persona hay una empresa”, que “se esta creando una consciencia colectiva en la humanidad” y que “a este ritmo habrá un Android en cada bolsillo”, lo que arroja una cifra de entre cuatro u ocho Androids por persona, dependiendo de si va vestido de invierno o de verano.
Los asilvestrados estudiantes no hubieran tenido posibilidad alguna en medio de semejante turbamulta de mutantes. A éstos les dices que vienes en el nombre de una “escuela pública digna” y en apenas cinco segundos -los tres primeros gratuitos- y mediante un sencillo movimiento que les permita deslizar su escroto por la pantalla táctil. te muestran las diez mejores cargas policiales de la historia, así como el establecimiento más próximo con pizzas a un euro.
Ya no hay tiempo para manifestaciones, esta extraña partida se está disputando en otro tablero. Parafraseando al príncipe de Lampedusa, si queremos que todo siga igual habrá que cambiar de número o al menos, descargarse nuevas aplicaciones. El mundo avanza, aunque lo haga en espiral. Llegará el día en el que los ‘gurús’ dejarán de celebrar estos congresos y se limitarán a contarse sus cosas por teléfono. Para el próximo año ya se anuncia la presentación del primer móvil que desciende directamente del mono. Se comercializará en cuanto esté confirmado que no va a ir pintando bisontes por las paredes.