1) Bildu sucumbe al pragmatismo económico: El Ayuntamiento donostiarra provocará el cierre de la Casa de Socorro que anualmente atiende a 50.000 personas al no aportar los 200.000 euros que cuesta su mantenimiento. El equipo de gobierno de Bildu alega que la Sanidad es competencia del Gobierno Vasco, un argumento propio de neoliberales, demostrando así que en el tránsito de convertirse en una formación política ‘normalizada’, la coalición de izquierdas ha renunciado a la vieja aspiración de transformar la realidad para conformarse con algo mucho más prosaico: tener razón. Que el propio alcalde Izagirre fuese médico en su anterior vida constituye tan sólo el elemento paradójico que nunca falta en este tipo de situaciones.
2) Imagina la arrano beltza cabeza abajo: El mismo equipo de gobierno donostiarra recibió este pasado miércoles a una delegación de representantes de asociaciones gitanas de Gipuzkoa. Tras los habituales llamamientos a romper los muros de la incomunicación y a conocernos mejor los unos a los otros, los representantes municipales posaron para las cámaras enarbolando sonrientes la bandera gitana invertida, pese a que se les había explicado que el azul representa el cielo y el verde, la tierra. Los gitanos, por su parte, enarbolaron de forma correcta la enseña donostiarra.
3) Los mercados interpretan las concesiones en clave de debilidad democrática: Si los estados exhibieran la misma firmeza democrática frente al chantaje de los mercados que frente al de las organizaciones terroristas quizás no nos veríamos en esta situación. Dejando a un lado la desproporción que entraña poner en un mismo plano a organizaciones que matan con otras que tan sólo provocan suicidios, hay que reconocer que los segundos comparten con los primeros una misma pauta de comportamiento: las concesiones que se les hagan con la esperanza de aplacarlas sólo sirven para reafirmarles en la eficacia de sus respectivas estrategias de crueldad.
4) Mingote y el humor inteligente: Después de décadas empeñado en practicar el humor, Mingote ha necesitado morirse para resultar gracioso ‘malgré lui’, a cuenta del follón en el que se han embarcado dos periódicos madrileños en torno a quién quería más el difunto: a papá o a mamá. Como español de pro que fue, Mingote estaría orgulloso de emular al Cid Campeador, venciendo después de muerto. Por lo demás, la situación contiene todos elementos característicos del dibujante en sus mejores momentos: patetismo hilarante, momentos chuscos, sobredosis de noñería y esperpento a raudales. Puede que descanse, pero ya se ocuparán sus amigos de que no lo haga en paz.
5) Dios odia las procesiones: En la adaptación cinematográfica de la novela de Russell Banks ‘El dulce porvenir’, Atom Egoyan relataba la historia de desolación en la que se sumergía todo un pequeño pueblo del estado de Nueva York después de que catorce de sus niños fallecieran en un accidente del autobús escolar. Comparo las escenas de la película con las desgarradoras imágenes de los cofrades rotos por el mal tiempo y no hallo diferencias significativas. El Dolor también se cotiza ahora como bono-basura. Me pregunto cómo compatibilizan los devotos los sentimientos que les despierten, por un lado, la lluvia pertinaz y por el otro, el “hágase tu voluntad así en el cielo como en la tierra”.