Para quien tenga la inmensa fortuna de no conocer San Sebastián en su versión más indomablemente veraniega, bastará un solo un dato para que se haga una idea: es esa ciudad en la que Bruce Springsteen puede bañarse en la playa o pasear por la Parte Vieja sin que nadie le aborde y la misma por la que se mueve la duquesa de Alba arrastrando a su paso una desatada turbamulta. Con este bagaje a sus espaldas, cualquier observador imparcial comprenderá que el jurado encargado de designar la Capital Cultural Europea 2016 se inclinara por Donostia frente a una Zaragoza y una Córdoba que tampoco es que estuvieran en mejores condiciones a la hora de garantizar mayor hondura en la ejecución de las genuflexiones.
Por alguna extraña razón, siempre he relacionado el ‘Al Alba’ de Luis Eduardo Aute con el ducado homónimo. Sólo la estrofa de “miles de buitres callados” me saca de la ensoñación. ¿Callados? Imposible. La bandada de exóticos especímenes que la revolotea a la anciana se desgañita gritando “¡guapa!”, una demostración de hasta dónde puede llegar el pueblo soberano cuando se emborracha de cinismo. Para mayor vejación, la horda iletrada la encabezaban en esta ocasión una representación de nuestros mejores concejales: Ramón Gómez, de quien no se puede decir que no estuviera en su sitio; Eneko Goia, que aún no debe saber cuál es; y por debajo de todos, Ernesto Gasco, que ejerció de felpudo como si llevara años practicando y no hubiera nacido para otra cosa.
Dicen que el portavoz socialista en el Ayuntamiento aún insistía en recordarle a Cayetana Fitz-Etcétera antiguos encuentros, ajeno sin duda a la retahíla de operaciones a las que la venerada anciana se ha sometido desde entonces. Como un solo hombre, Gasco entregó a la dueña de Arbaizenea -por citar una de sus propiedades marginales- una camiseta del Donostia-2016 Capital Cultural Europea en atención a sus indudables méritos en ese campo, prenda que al menos la interfecta tuvo el decoro de no ponerse. En cuanto a los políticos donostiarras, no sólo no nos representan, sino que también nos abochornan.
*Eneko Goia aclara que él no participó en la entrega de la camiseta del 2016 a la duquesa, tan solo asistió al ¿acto?. Pues así quede constancia.