Aquí al menos, lo habitual es que todos los debates sobre principios éticos degeneren pronto en una cuestión de diferencias económicas con salpicón de tipismos localistas. Quién iba a sospechar que el elogio y la refutación de la tauromaquia -un elevadísimo arte que forma parte de nuestra ancestral cultura o quizás incultura, según unos; una infame escabechina, según otros- se iban a levantar sobre sus respectivos balances de cuentas.
Mientras los partidarios donostiarras de la fiesta esgrimen un informe elaborado por encargo de la propia plaza de Illumbe que recoge los descomunales ingresos que la lidia reporta a la ciudad, el alcalde se abraza al argumento de que «el sufrimiento animal no debe convertirse en espectáculo público», eso sí, una vez que evitar la intolerable tortura del animal ya no supondrá desembolso económico alguno para el Ayuntamiento en concepto de devolución a los abonados.
A cierta edad, uno ya ha escuchado argumentos de todo tipo sobre las más variopintas cuestiones y sólo pide que al final de las prolijas explicaciones en pro y en contra que con seguridad nos propinarán unos y otros se encuentre una urna en la que pueda depositar su humilde voto vinculante. A Bildu se le va a pasar la legislatura entera y el saldo en materia de referendos populares va a ser exactamente el mismo que en todas las anteriores -cero- y por exactamente las mismas razones que alegaron sus predecesores para no convocarlos -los representantes elegidos por el pueblo están para tomar decisiones-.
El gobierno municipal no debería reducir a la oposición a la condición de elemento ornamental sin saltarse su promesa de instaurar nueva forma de hacer política basada en la participación ciudadana. Los toros son una excusa tan buena como cualquier otra para preguntar directamente al pueblo, dicho sea desde el estoicismo que supone saber de que habremos de soportar los argumentos más peregrinos, incluidos los identitarios en torno a los atávicos orígenes vascos de una fiesta nacional española que ni la propia reina de España soporta.