En el momento del orgasmo, los pueblos se dividen en dos: los que dicen que se vienen y los que dicen que se van. Los latinos pertenecemos al segundo grupo, de ahí que hayamos tenido que inventar el síndrome postvacacional. Las vacaciones son el homenaje que la vida rinde al apaga y enciende informático. El síndrome postvacacional es una enfermedad en vías de ser erradicada en los países desarrollados, dado que los desempleados no conocen el asueto y su cifra crece de forma imparable, no tardará en convertirse en hegemónica. Si oyes voces son las de tus jefes, si te sudan las manos es culpa del teclado, si lo ves todo borroso es que tu vista está perfecta, si tienes la boca seca es el síndrome de abstinencia del desayuno continental y si sufres palpitaciones motivos no te faltan. En cuanto a la sensación de que fue ayer cuando te fuiste, resulta engañosa ya que es fácilmente confundible con el temor a que te digan que no es necesario que vengas mañana. Estás regresando a la realidad, ésa que le ha impedido a Rajoycumplir con su programa electoral al frente de un Gobierno al que llegó a lomos de la ficción. Si hoy es el día en el que te invade la tristeza laboral, estás de enhorabuena, ya tienes algo en común con Cristiano Ronaldo, un hombre al que le sobran los motivos para despertar las envidias de medio mundo, siempre según su engominada percepción. Buenos días y bienvenido a la jaula de los monos.