A un mes de los comicios, atribuir cualquier declaración que efectúe un político a motivaciones electoralistas es “como poner multas por exceso de velocidad en las 500 millas de Indianápolis”, por citar a los clásicos, en este caso, ‘Apocalypse Now’. No obstante, todo es posible, también enmarcar la meliflua petición de disculpas de Arnaldo Otegi en el oportunismo más rampante y descontextualizar por completo la asistencia de Rajoy a la entrega del Premio que la Fundación Miguel Ángel Blanco ha retrasado este año de forma excepcional al mes de septiembre. En cualquier caso, las declaraciones de Otegi sobrevivirán a la coyuntura electoral, al igual que permanece su declaración de que “ETA sobra y estorba” una vez concluido el juicio en el que fue condenado. Y si, en efecto, todo esto no pasa de ser pura cáscara electoralista y sin contenido, hay que reconocer que los medios de comunicación en su totalidad le están siguiendo el juego, a saber por qué oscuras razones.
Desde que está en prisión, el líder de la Izquierda Abertzale concede menos entrevistas, pero en compensación, las concede más extensas. Podría decirse que el encarcelamiento de Otegi desató la locuacidad de Arnaldo. Del extracto publicado del libro, se ha hecho hincapie en su petición de disculpas en la misma medida que se ha soslayado precisamente eso mismo que algunos aseguran echar en falta: una crítica del pasado. Sin embargo, la manifestación de su rechazo actual y en perspectiva al uso de la violencia “cualesquiera que sean las circunstancias tanto por razones éticas como políticas” se parece mucho a eso que se le exige.
En estas circunstancias, la acogida que sus palabras tengan entre el resto de la clase política y las asociaciones de víctimas del terrorismo puede resultar tan compresible como irrelevante: basta con que lo que queda de ETA sí le crea y tome nota. Los demás, bastante tienen con no rematar involuntariamente los acabados del imaginario Mandela vasco y dar gracias al cielo de que el hombre no esté en disposición de presentarse como candidato a las elecciones.