España: julio de 2015. Los principales dirigentes políticos visitan una escuela. Una niña libanesa toma la palabra para pedirles que no deporten a su familia a su país de origen. Los líderes toman la palabra en el turno de réplica:
Mariano Rajoy: “Mire usté. Cuando yo llegué al gobierno, España estaba al borde del rescate, tuvimos que hacer cosas que no nos gustan, pero ahora hemos entrado en un ciclo de recuperación. Y claro, si empezamos ahora a acoger a todo aquél que lo solicite pondríamos en peligro todo lo conseguido. Pero te voy a decir más: en Líbano hay un follón del carajo, de acuerdo; pero aquí están disparados los precios de los chuches. En todo caso, te doy mi palabra: en cuanto la situación económica lo permita, expulsaremos, no sólo a ti, sino también a todos los demás libaneses que han venido en busca de un futuro mejor. Y ahora, si me lo permites, déjame que te acaricie, que yo también tengo un hijo de tu edad”.
Pedro Sánchez: “Me alegro de que me hayas abierto tu corazón para mostrarme tus inquietudes. Somos el partido que siempre ha estado en contacto con los ciudadanos. Desde ahora te lo digo: no vamos a permitir que el PP siga expulsando del país a niñas libanesas. Es más: te invito a que al término del programa te pongas en contacto con los responsables de mi campaña y quedamos para tomar un te, rezar de cara a la Meca o lo que te apetezca. Creo que tengo un hueco de agenda después del partido de baloncesto que me he comprometido a echar con un sordomudo y el programa de Calleja, que me va a colgar de los pies sobre un barranco. Espera, me dicen que el chaval no es sordomudo, sino manco. Bueno, es igual… Y ahora, si me lo permites, déjame que te acaricie, que yo también tengo un hijo de tu edad”.
Pablo Iglesias: “Compañera, nosotros somos el partido de la gente. Lo que no puede ser que este orden mundial injusto deje por el camino a gente como tú o tu padre, que habéis venido a España a trabajar con los de abajo. Nosotros siempre hemos dicho que en este país hay trabajo de sobra para todos y que lo único que hace falta es distribuir bien los recursos. Tenemos el compromiso de no dejar tirado a nadie. Vas a volver a tu país y a luchar por lo que te pertenece. Volarás en clase turista, eso sí. En cuanto acabe el programa, me comprometo a ponerme en contacto con el Círculo En Beirut También Podemos para ver qué podemos hacer contigo. Y ahora, si me lo permites, déjame que te acaricie, que yo también tengo un electorado de tu misma edad mental, más o menos”.
Albert Rivera: “Amiga, tengo una noticia buena y otra mala. La mala es que te tienes que ir a tu país porque tu padre y tú no pintáis nada aquí. La buena es que Ciudadanos defiende que todos los españoles gocen de idénticos derechos al margen de su lugar de residencia, lo mismo nos da Líbano que Despeñaperros. Por cierto, el tuyo es un país lleno de oportunidades que, estoy seguro, se harán realidad en cuanto dejéis de mataros entre vosotros. Y ahora, si me lo permites, déjame que te acaricie, que yo también tengo un hijo de tu edad”.
Andrés Herzog: “Nosotros siempre hemos estado a favor de racionalizar los recursos, en este caso, los niños inmigrantes. Y en este sentido, tengo que hablarte con franqueza: defendemos eliminar duplicidades y niños libaneses los tenemos a cascoporro. Con esto quiero decir que el hecho de que te vayamos a expulsar a ti no quiere decir que vayamos a echar a todos los niños libaneses, seguramente nos quedaremos con uno o dos. Y ahora, si me lo permites, déjame que te acaricie, que yo también tengo un hijo de tu edad”.
Artur Mas: “Para este tipo de asuntos, disponemos de diferentes tarifas, que no preguntes ahora a qué monto ascienden, pero rondarán el 3%. En cualquier caso, luego hablamos…”
Iñigo Urkullu: “Para nosotros, todo el que trabaja en Euskadi es vasco. Tu padre, ¿en qué trabaja? Pues eso. Y ahora, si me lo permites, déjame que te baile un aurresku de despedida, que yo también tengo un hijo de tu edad que anda por ahí de Erasmus”.
Hasier Arraiz: “Te he escuchado atentamente y me ha parecido entender que tú también perteneces a una minoría nacional oprimida. Por eso te voy a pedir que agarres esa mano que tienes al lado y también esa otra de delante, que es que estamos de cadena humana y no sé qué tal vamos a andar. Sí, lasai, luego te acaricia… Agarra, agarra..”
Tania Sánchez: “No te van a expulsar. Punto. Te quedas en España. Punto. Tu padre y tú viviréis aquí. Punto. Recoged vuestra tarjeta de embarque en el próximo vuelo de Beirut Airlines. ¡Y deja ya de acariciarme, coño, que no soy tu osito!”