Alberto Moyano
Si aparecen en una foto tres candidatos electorales haciendo como que
tiran de una piedra de arrastre de bueyes y alguien dice la palabra
metáfora –página 31 del DV de hoy–, algunos pensarán que la gran roca
refleja el peso de las dificultade de la campaña y otros, que ilustra a
la perfección los chanchullos con los que cargan al partido en general
y la lista en particular, menoscabando la credibilidad del cabeza de
papeleta.
Queda en el aire la incógnita sobre cuáles son los motivos que impulsan
a los dicharacheros candidatos a posar de esa guisa. ¿Esperarán
que les aporte votos? ¿Cuántos concretamente? Los peneuvistas
Ezeizabarrena, San Román y Mugarube se prestaron en Igeldo al juego de
tirar de la piedra, mientras uno de los fotógrafos presentes les
arengaba con voz firme: «¡Venga, que la Usandizaga ya la hubiera movido
ella sola!»
Precisamente, María José Usandizaga vio cómo uno de sus balones
propagandísticos hacia el viaje de ida y vuelta, cuando tras
entregárselo a una niña, la madre se rechazaba el regalo. Antes de que
la niña pudiera proclamar un mísero «en mi nombre, no», el balón ya
estaba de nuevo en brazos la estupefacta candidata del PP, quien tras
la experiencia, no quiso ni oír hablar de bajar al mercado de San
Martin a hacerse unas fotillos.
A falta de una buena carrera de Fórmula 1 con la que chantajear a la
ciudadanía, las opciones del PP en Donostia se han reducido en los
últimos años hasta convertirse en remotas. Y es un alivio porque tener
por aquí al tal Lobato gritando aquello de «¡¡¡buenas noticias, el
coche de Kimi está ardiendo!!!» estropearía la ciudad.