Alberto Moyano

1-Si un guionista escribiera la escena de una asamblea de accionistas
en la que la presidenta de la entidad –ex vicepresidenta económica– no
aporta un sólo dato económico, el productor de la película le llamaría
al orden por inverosímil.
2- Si un escritor narrara que en esa asamblea se ausentan los titulares
de más de la mitad de unas acciones cuya única virtualidad es
precisamente el derecho a votar, los críticos literarios le
etiquetarían de autor fantástico.
3- Si un equipo cualquiera –el Bolton– cometiese el error de pedir en
prueba un jugador de la Real –Mikel Alonso– antes de decidir si se lo
queda, cualquier directivo trataría de convencer a los ingleses de que
se trata del futbolista que necesitan e intentaría obviar por todos los
medios el citado ensayo del que, en rigor, no puede salir nada bueno.
4- Si el nuevo director deportivo del club en cuestión repitiera sin
asomo de pudor en su primera rueda de prensa frases textuales extraídas
de entrevistas con el ‘hombre en la sombra’ –en este caso Toshack–, los
críticos musicales darían por inaugurado el nuevo karaoke blanquiazul y
hablarían de un nuevo caso Milli Vanilli.
5- Si el director deportivo anunciara que el «mejor fichaje» será
Skoubo, un acreditado anciano asaeteado por infinitos achaques que le
han impedido comparecer en un campo de fútbol durante toda la
temporada, el equipo médico habitual diagnosticaría rotundamente un
caso de demencia senil.