Alberto Moyano

“Estimado maestro,

A medida que pasan los días y se acerca la fecha señalada, va decayendo la hipótesis de que José Tomás se acerque a Illumbe enchufado a su inseparable gotero. En esta difícil tesitura en la que el infortunio ha colocado una vez más a la fiesta, recurrimos a usted para encargarle una misión.

El gran Tomás había agotado las entradas de la plaza bajo la promesa implícita en todos sus contratos: matar o hacerse matar, sin descartar las dos a la vez. El público tenía una cita con la historia y, por qué no decirlo, con el drama. Así las cosas, nuestra oferta es clara: acepte usted nuestra humilde propuesta de lidiar dos toros dos, mañana, en el coso donostiarra.

Olvídese de chicuelinas, puertas gayolas, verónicas y largas cambiadas. No se trata de torear, sino de sangrar. No le pedimos que se haga matar en la arena, sino tan sólo que lo intente. A cambio, se abren para usted las páginas del Cossío, amén de la posibilidad de que se haga un musical con su vida y una película con Penélope Cruz en el papel de viuda.

Piense en la afición y, aunque sea por una vez, no sea lila. Exhiba un un poco de ese sentimiento trágico de la vida que le ha hecho famoso. Piense en la leyenda, en los recortes de periódico clavados en las paredes de los bares más castizos, en las entradas del día de autos que se enmarcarán para el recuerdo y en el subidón popular que experimentaría la fiesta. En tres palabras: acepte nuestro ofrecimiento.

Le saluda con afecto y queda a la espera de noticias

La afición taurina-Sección de hematología”