1) En efecto, el PNV ha ganado las elecciones, se ha impuesto en dos de los tres territorios y ha subido respecto a las anteriores elecciones, tanto en votos como en escaños. La cuestión central, sin embargo, es que probablemente ha perdido el gobierno. Cuando un ordenador se encuentra tal y como anoche parecía estar Ibarretxe, el técnico recomienda apagar y encender, pero el lehendakari no tuvo quien le reiniciara. El resultado fue un discurso patético-depresivo pronunciado al borde de algún colapso y que hubiera provocado lágrimas entre la audiencia si su protagonista no estuviera tan mermada la capacidad de generar empatía.

2) El PSE ha quedado 80.000 votos y cinco o seis escaños por debajo, pero se hará con el ejecutivo. Finalmente, el triunfo de PatxiLo se parece al de Obama lo mismo que ambos entre sí. Esta victoria de quincalla no da como para un cambio, aunque sí para una sustitución, que finalmente era de lo que se trataba. López está llamado a seguir los pasos de Odón Elorza: primero, llegar al poder sin ganar necesariamente las elecciones; segundo: forjar un proyecto indestructible. Al alcalde de Donostia le ha venido funcionando desde que lo puso en práctica allá por 1990.  

3) El PP pierde de nuevo apoyos y parlamentarios, pero qué más da. Basagoiti compareció anoche en lo que constituye un perfecto homenaje a las posiciones -tan críticadas- de ERC. “Nuestros votos son los que decidirán”, vino a decir. En todo caso, sus resultados, junto al gran triunfo de Galicia, demuestran que, a malas, Mariano es indestructible y que la inacción a veces termina por imponerse a la conspiración.

4) Aralar multiplica por cuatro su único escaño en el Parlamento y se dispara en votos en los tres territorios. Parece ser que beneficia de la ilegalización de las listas de la izquierda abertzale tradicional y de la personal forma de entender la política que ha exhibido Madrazo en mítines y debates.

 5) Eusko Alkartasuna comparecía en las urnas con un serio problema de anorexia electoral: por muy esquelético que fuera su estado según todos los indicadores, cuando se miraba en el espejo se veía rollizo. Así, en lugar de continuar parasitando al PNV, decidió ir en solitario a los comicios para retratarse. Y se ha retratado: anemia, pérdida de masa muscular y subnutrición. Unai Ziarreta optó por el decoro y anunció su retorno a casa.

6) Desde el punto de vista del espectáculo televisivo, la gran estrella de la noche fue Javier Madrazo. Ezker Batua ha cosechado unos resultados penosos desde cualquier punto de vista, pero su coordinador general se subió a lomos de un discurso inaudito en el que responsabilizó de la catástrofe lo mismo a la situación internacional de la izquierda que a la incapacidad de la clase política para conectar con las preocupaciones reales del pueblo. Lamentablemente, no podrá repetirlo desde el atril del Parlamento ya que, junto a la vergüenza, ha perdido su escaño.

7) UPyD llega a la Cámara Vasca gracias a su éxito en Álava. Gran mérito, teniendo en cuenta que las citas electorales camina progresiva pero implacablemente hacia el bipartidismo. El electo de UPyD, Gorka Maneiro, tendrá que presentarse en sociedad ya que a día de hoy resulta un perfecto desconocido. Es posible que en la investidura dé su apoyo a PatxiLo, incluso en el caso de éste no lo necesite.