Sotérrame La Concha | El jukebox >

Blogs

Alberto Moyano

El jukebox

Sotérrame La Concha

Estas tres palabras, que bien pudieran ser el título del tango favorito de Cristina Fernández Kirchner, resumen la idea que por sopresa lanzó ayer el alcalde donostiarra, Odón Elorza. Se trataría, a grandes rasgos, de aprovechar la candidatura a Capitalidad Cultural Europea 2016 -sin que se adivine muy bien qué tiene que ver exactamente una cosa con la otra- para revolucionar de un plumazo la configuración de la ciudad tal y como la conocemos, mediante la peatonalización del paseo costero entre el túnel del Antiguo y el Eguzki.


Y hay que admitir que la propuesta va en la buena dirección. Todo lo que sea recuperar la superficie de San Sebastián para los peatones y arrebatárselo a los coches, que ya son dueños del subsuelo, merece el aplauso, y si es el caso del mundialmente famoso y sudado paseo, mejor aún.


Desde el punto de vista económico, la magna obra revitalizaría el agónico sector de la construcción, que tras agotar el modelo de las edificaciones, se lanzaría ahora en picado sobre el de los soterramientos, una opción en cuyas infinitas posibilidades valdrá la pena detenerse otro día.


La idea, que se encuentra aún en ese feliz estado de célula-madre en el que todo es aún posible, debe resolver algunas dudas. La más urgente de todas, qué va a pasar con el tren txu-txu, una institución estéticamente feroz, pero cuyo éxito se refleja en el veinte aniversario que cumplirá el próximo año.


En cuanto a convertir La Concha en una vía exclusivamente peatonal, esto dotará al paseo de la anchura suficiente como para permitir su recorrido ininterrumpido, una hipótesis hoy en día inviable por cuanto es necesario detenerse una media de treinta veces por trayecto para saludar a amigos y conocidos -y a sus respectivos bebés-. He aquí un ejemplo palmario de cómo una decisión política puede cambiar radicalmente la vida de los ciudadanos.


Al hilo de todo esto, la segunda sorpresa consiste en la reapertura del debate sobre el tranvía, una vieja polémica en la que Elorza se había mostrado especialmente persuasivo mediante el simple procedimiento de hacer públicos los costes que tendría cada kilómetro de esta infraestructura.


Obedeciendo esa ley que apunta a que en cuestión de política y de estacionamiento de vehículos ningún espacio se queda sin ocupar, el alcalde Elorza ejerce a la vez de oposición y coche en doble fila. Tras aquellos debates enconados con el Gobierno Vasco, anuncia que es tiempo de repensar el asunto “no vaya a ser que en el futuro nos tengamos que arrepentir”. Pues que así sea.


Finalmente, queda pendiente el siempre engorroso asunto de la financiación de la obra -y en este caso hablaríamos de cifras monstruosas-, pero vaya por delante que es el momento de la responsabilidad compartida, las iniciativas valientes, los discursos maduros y de la la la la la la la la la lá. Y -que nadie lo dude-, el lehendakari López lo va a entender a la primera.


mayo 2009
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031