Por una vez, los rumores se harán carne y habitarán entre nosotros. El Festival ha confirmado esta mañana que pondrá a nuestra disposición a Brad Pitt desde el mismo día de la inauguración.
Mucho más que un actor, una superestrella, Pitt amenaza con provocar un desorden hormonal sin precedentes tanto entre las mujeres que adoran sus dotes interpretatativas como entre tantos hombres que sueñan con ser aceptados en acogida por el matrimonio.
He aquí la primera paradoja: el adoptador compulsivo de niños de todo pelaje viene al Zinemaldia a promocionar ‘Malditos bastardos’, lo que constituye todo un guiño, aunque no se sabe muy bien a qué.
Por lo demás, la 57 edición aparece marcada por una cierta colonización de lo francés: del presidente del jurado, Laurent Cantet, al mayor número de cintas galas de los útlimos años en la sección oficial; de la retrospectiva, la Contraola, a la marca del coche oficial del Festival, Renault. Todo es francés.
Puede que también lo sea alguno de los Premios Donostia, cuyo anuncio se ha aplazado unos días, hasta la plena confirmación. Y a ver si el otro va a ser Harrison Ford, que parece que andará unos días antes por Deauville de la mano de Meryl Streep. Es más, aquí va una hipótesis: si no viene Ford, la culpa será de la Streep.