Navegamos por internet, chateamos con nuestros amigos, escuchamos música, sacamos fotos, grabamos vídeos, vemos películas, leemos ebooks y, a veces, incluso hablamos por teléfono. Sí, y todo gracias a una auténtica navaja suiza como el smartphone, un gadget que se ha convertido hoy en día en un compañero de fatigas inseparable para multitud de usuarios que sacan partido de la más avanzada tecnología móvil.
El problema llega cuando toca cambiar de smartphone, situación que lleva a muchos usuarios a plegarse a los cantos de sirena de los folletos y anuncios publicitarios, todos ellos con promesas de prestaciones únicas y a precios irrisorios (o no tanto). ¿Cómo es posible resistirse a semejante oasis tecnológico? A la hora de adquirir un smartphone es importante informarse bien, recabar opiniones de otros usuarios y, sobre todo, tener claro para qué lo queremos.
Y es que, aunque parezca una obviedad, lo más importante es saber qué uso le vamos a dar a un móvil, porque de ello dependerá en buena medida el modelo que elijamos y, sobre todo, delimitaremos el precio del terminal, ya que no son baratos precisamente. ¿Realmente compensa disponer de un móvil con un procesador Qualcomm Snapdragon 800 a 2 Ghz, una RAM de 2 Gb, 32 gigas de memoria y cámara de 40 megapíxeles para alguien que no utiliza el terminal más que para chatear con Whatsapp y compartir las fotos por Instragram? La respuesta es obvia.
Cada cual dará importancia al móvil en función de sus necesidades (para algunos el diseño es vital, mientras que otros hacen hincapié en la cámara), pero a grandes rasgos hay varios aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de adquirir un smartphone:
Pantalla. Quizá sea el primer factor a tener en cuenta. Aunque hay una amplia variedad en el mercado, las marcas cada vez están tendiendo a crear móviles con pantallas más grandes, algo que mejora bastante la experiencia de usuario. Las cinco pulgadas se están estandarizando como el modelo ideal, aunque hay muchos que la consideran demasiado grande en términos de manejo diario y que prefieren terminales más pequeños que puedan utilizarse con una sola mano. Para gustos, los colores. En lo que respecta a la densidad de píxeles de la pantalla, no hay una medida ideal. Sin embargo, una buena densidad de pantalla cada vez se asocia más con los 300 puntos por pulgada (o más), aunque una de 250 ppp es más que aceptable y permite una nitidez muy notable).
Procesador y memoria RAM. Son un aspecto esencial en el uso diario de nuestro móvil, ya que determinan la rapidez de respuesta del terminal, además de su fluidez a la hora de trabajar con varias aplicaciones abiertas simultaneamente. Para un uso básico, basta con que el procesador sea de dos núcleos (Dual-Core), aunque los de cuatro (Quad-Core) optimizan el rendimiento notablemente. Asimismo, con una velocidad de procesador de 1,2 Ghz puede ser suficiente, aunque los modelos de gama alta ya cuentan con más de 2 Ghz (y la diferencia se nota).
Por otro lado, en Android la RAM mínima no debe bajar de de 1 Gb si queremos asegurarnos un rendimiento mínimo a la hora de hacer uso de varias aplicaciones a la vez. Los últimos smarthpones del mercado ya cuentan con memorias RAM de 2-3 Gb, lo que mejora (y mucho) la experiencia de usuario. En IOS de Apple y Windows Phone en cambio, los requisitos son diferentes, porque ambos sistemas operativos optimizan mucho más su rendimiento. No hay más que ver la rapidez y fluidez del Iphone 5S (con 1Gb de RAM) o un Windows Phone como el Nokia Lumia 520 (con 512 MB).
Batería y autonomía. Es la gran asignatura pendiente de los fabricantes de móviles. Pantallas de mayor tamaño, aplicaciones que requieren más memoria, conexión 3G (o 4G), … todo ello hace que la batería se consuma con gran rapidez y no pasemos de las 24 horas sin conectar el cargador a la red. Algunos fabricantes disponen de tecnologías específicas para gestionar mejor las aplicaciones y consumir menos (caso de la Stamina de Sony), pero es imprescindible que ésta no baje de 2.000 mAh. Lógicamente, cuanto más se acerque (si no los supera) a los 3.000 mAh., mejor. Eso sí, no olvidemos que una mayor pantalla necesitará una mayor batería en términos de duración, lo que ‘relativiza’ un poco la medida de los mAh. Sin olvidar que cuantas más conexiones activas tengamos y más exijamos a nuestro móvil, la batería se descargará más rápido.
Cámara de fotos. Quedémonos con una idea previa. A pesar de que es lo único que se promociona de las cámaras de los móviles, la cantidad de megapíxeles no determina la calidad de la cámara de un móvil, sino que indica la resolución de la imagen (de hecho, a más megapíxeles, más podremos ampliar nuestras fotos sin perder calidad). La resolución influye, sí, pero la calidad del sensor de una cámara (x.e. el Exmor RS de Sony que ya montan muchas marcas) o la óptica de la lente (la Carl Zeiss Tessar de Nokia es un buen ejemplo) tienen mucho más que decir en este apartado.
No nos engañemos, la cámara de un móvil no alcanzará la calidad de una cámara de fotos standard, pero seguro que nos sacará de más de un apuro. En fotos al aire libre y con luz natural, la mayoría de los móviles ofrecen unas fotos aceptables, algunos más que otros. La cosa cambia cuando las condiciones no son las óptimas, caso de cuando la luz escasea (por ejemplo en un interior) o en ambiente nocturno. Es entonces cuando se ve la calidad real de una cámara.
En lo que respecta al vídeo, hay muchos terminales de alta gama que ya graban en FullHD (1920×1080 píxeles), opción que puede resultar más que interesante.
Memoria interna. Para algunos es indispensable, para otros no tanto. Hay móviles que cuentan con un mínimo de 4 Gb. y otros que llegan con 64 Gb. Más allá de los números, para muchos es importante que el móvil incluya una ranura o slot que permita ampliar la cantidad de memoria a través de una tarjeta mini SD.
Sistema operativo. ¿Android, IOS o Windows Phone? Cada cual tiene sus pros y sus contras: estabilidad, cantidad de aplicaciones disponibles, etc. Además, hay usuarios que valoran mucho que su móvil pueda actualizarse a la última versión de su terminal. Así, terminales como Iphone (a partir de la versión 5 para el sistema IOS) o Nexus (para Android) en principio tienen ‘garantizada’ la actualización de su sistema operativo con todas sus funciones.
La calidad del sonido y altavoces (el sistema BoomSound del HTC es todo un referente), la opción de incorporar dos tarjetas SIM a la vez (Dual SIM), la posibilidad de cambiar de batería, las conexiones (DLNA, etc.), la incorporación del chip NFC … todos ellos son variables que pueden y deben influir en la compra final de un terminal que se adapte a nuestras necesidades.