Conocen la receta | El bisturí >

Blogs

Fernando Becerril

El bisturí

Conocen la receta

Los dos últimos partidos de la Real Sociedad han dejado a la vista un problema que empezamos a sufrir como un quiste, la desesperante falta de continuidad del equipo. En Sevilla nuestro equipo apareció herido por el desastre del encuentro anterior en Anoeta y como consecuencia jugó uno de sus partidos más serios de la Liga en uno de los campos más complicados. Ganó. Igual que ganó en San Mamés porque fue un equipo adulto, intenso, capaz. Los jugadores de Eusebio aparecieron fuertes, maduros, profesionales. Demostraron que conocen la receta que cura todos los males y de paso dejaron abierta una inmensa pregunta. ¿Por qué no lo hacen cada semana? ¿Por qué sólo sucede cuando le ven las orejas al lobo o cuando tienen una motivación extra?

Iñigo Martínez lo decía hace bien poco: El Athletic juega así todos los domingos, nosotros sólo de vez en cuando. No es textual, pero la idea era ésa. La diferencia entre una manera de competir y la otra está a la vista en la clasificación y en los resultados de estas tres últimas temporadas. No es que en San Mamés o en Ipurua, que también el ejemplo vale con un presupuesto bien distinto, disfruten de un espectáculo futbolístico de primer orden, pero sus seguidores suelen salir del campo con la tranquilidad de saber que sus futbolistas no han regateado el menor esfuerzo y que han hecho todo lo que había que hacer para ganar su partido. La Real no siempre llega tan lejos.

Después del sacrificio colectivo del Sánchez Pizjuán, los realistas habrán recuperado la autoestima perdida. Seguramente será un buen momento para repasar las imágenes del partido contra los canarios y dejarles ver la pasividad con que defendieron el libre indirecto que a la postre les costaría la derrota, nada que ver con la actitud con la que saltaron todos cuando Reyes lanzó la falta al borde del área en el primer tiempo de Sevilla. O reproducir el penalti a Zurutuza que podía haber supuesto un empate nada merecido en Anoeta para que comprueben como ni siquiera supieron levantar los brazos para reclamar lo que Mateu Lahoz no había apreciado. Sólo protestaron los aficionados, que tampoco metieron mucho ruido porque la falta de reacción de sus jugadores invitaba a creer que no había pasado nada. Había sido penalti sólo que los nuestros estaban a otra cosa.

Las Palmas lleva dando sustos a todo el mundo desde hace meses. El Barcelona y el Real Madrid se escaparon vivos de casualidad. Se han habituado a sorprender a sus rivales, pero el único que no podía hablar de sorpresa era la Real. Tenía ya tres repasos a sus espaldas. Ni siquiera eso les picó el orgullo. En cambio, aquella derrota humillante y las críticas recibidas les movilizaron las tripas y en Sevilla fueron otro equipo, el mismo de San Mamés. Sólo que entre medias habían pasado cinco encuentros en los que su fútbol y su carácter parecían extinguidos. Tiempo suficiente para convertir la ilusión de febrero, en la desolación de marzo. Demasiado tiempo.

Estoy seguro de que el sábado frente al Barcelona nuestro equipo saldrá al límite de motivación. Los culés pueden pintarle la cara a cuaquiera. También a la Real, pero los nuestros darán la cara. Son partidos que les ponen. Lástima que tengamos que esperarles, lástima que no sean lo bastante maduros como para morder siempre como mordieron el domingo. Cuesta creerlo pero casi todos los balones divididos eran nuestros frente a un adversario que es como una roca cuando lo normal es que salgamos perdiendo en la mayor parte de las disputas. Esta semana estamos felices porque todos dieron la cara y ganaron, pero vamos a ver qué nos ofrecen en semanas sucesivas, en encuentros como el de Eibar o el de Anoeta frente al Getafe, en uno de esos días en los que tienen el deber de seguir mordiendo aunque no haya grandes objetivos por el medio. Porque ellos cobran todos los días y ustedes pagan por cada partido que van a ver con la intención de disfrutar con su equipo. Se puede perder o ganar, pueden brillar o fallar, pero lo que no debería volver a pasar es que salgamos de Anoeta con la sensación de lo que no lo han dado todo. Lo sentimos demasiadas veces y es algo que no sucede en otros lugares. En Eibar o en Bilbao sin ir más lejos.

Temas

Una visión afilada de la vida

Sobre el autor

Han sido muchos años en los que me ha tocado ver, leer y escribir de un deporte y de otro, del fútbol a la pelota pasando por el baloncesto y unos cuantos más. Me apetece contar lo que veo, lo que me sorprende y lo que admiro sin tener que pensar en un resultado. Pero no sé si seré capaz de hablar sólo del resto de la vida... Porque hay semanas en las que parece que el mundo entero es un terreno de juego. Veremos.


abril 2016
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930