Realmente valdría con los 140 caracteres de los trinos del primitivo pajarito de twitter para explicar por qué la Real necesita tomar conciencia de dónde se está metiendo y la necesidad de afrontar sus problemas con responsabilidad. La ambición del club es la de estar cada año en pugna por una plaza europea. Bueno, pues esta temporada no parece que vaya a poder hacerlo porque hay muchos equipos que nos superan tanto en profundidad de plantilla como en idea de juego. Lo cierto es que la Real se ha venido abajo y necesita encontrar al menos tres equipos peores para no tener que levantar su nuevo estadio frente a rivales de Segunda. A día de hoy, superadas las primeras veinte jornadas de Liga no hay tres equipos peores. No hay tres equipos con más dudas. No hay tres equipos a los que no se les adivine un plan para superar las dificultades. El nuestro se muere sin que nadie haga nada, sin que se mueva nada, sin que haya alguien dentro del club que levante la voz para advertir del peligro. O miramos a la cara a nuestros propios fantasmas o nos espera una primavera larga y dolorosa.
Los eternos críticos de cualquiera que entrene a la Real se pasaron la temporada anterior, más que correcta, recordando que nuestro equipo no era capaz de remontar cuando iba perdiendo y que se estrellaba contra los mejores aunque era poco menos que infalible cuando empezaba marcando o cuando se enfrentaba a los rivales de la segunda mitad de la tabla. Cómo añoro aquellos días en los que los hombres de Eusebio eran un equipo fiable, que sabía cuáles eran sus puntos fuertes y cómo minimizar sus debilidades. Hemos pasado al escenario opuesto en el que son los adversarios los que conocen a la perfección las fallas de nuestro sistema mientras que la Real duerme el balón a la espera de que doblen los laterales para sacar un centro a un área poblada de defensores y huérfana de atacantes, quizás uno, con suerte dos, a veces nadie.
De nada le vale a la Real empezar ganando –suele ocurrir- porque los rivales no sólo desarman a la contra una defensa acumulativa y mal organizada sino que también hacen volar a la cobertura realista a base de tocar y moverse, tocar y moverse. Te empatan por un penalti riguroso o después de un balón perdido o, lo que más duele, después de veinte toques de balón mientras los nuestros salvo un par de honrosas excepciones les siguen con la mirada. Te empatan primero y a menudo te terminan ganando un poco después. Son problemas que se llevan repitiendo desde hace cuatro meses pero no vemos que se mueva nada, no vemos que se esté poniendo remedio ni siquiera está claro que alguien haya imaginado una forma de remediarlo. Así no será fácil que vuelvan a aparecer tres equipos peores. Así no será fácil salvarse.
Decía que un tuit podía valer para explicarlo todo. Bastaría con tres palabras. “Hagan algo demonios”. Ustedes mismos pueden hacerme el favor de sustituir lo de demonios por lo que realmente estoy pensando y prefiero no poner. El míster no mueve ficha. Los jugadores insisten en pasarse el balón despacio, despacio, hasta que la defensa rival está perfectamente organizada y en condiciones de correr como balas en cuanto lo recuperan. Lo curioso es que cuando aceleraron pusieron al Barcelona contra las cuerdas. Illarra está sometido a un enorme sobreesfuerzo que se termina convirtiendo en frustración una tarde tras otra. Se supone que ese plan lo firma Eusebio y profesionales como Prieto, Agirretxe o Iñigo parecen estar conformes pero lo que vemos los demás es que ese plan no funciona, no sirve, nos está metiendo en un agujero del que no va a ser fácil salir. Como sigan mirando para otro sitio puede que lleguemos tarde. Pronto será tarde.
Y ya sé que no van a fichar, que no quieren fichar, pero no tenemos lateral izquierdo, Illarra necesita más ayuda de la que recibe y arriba nos falta velocidad para sorprender, para hacernos fuertes y jugar a la contra. Nos falta plantilla y estamos alineando a siete jugadores que no se han formado en Zubieta. ¿De verdad creen en la sala de Juntas de la Real que estamos haciendo las cosas bien? ¿De verdad? Hagan algo, pero háganlo ya. No miren para otro sitio que me estoy empezando a acordar de un partido contra el Poli Ejido en un desolado Anoeta.