Ya estamos en casa. Ya llueve en Donostia. Una lluvia diferente a la que allá abajo enfurece los ríos y hace sacudir las orejas a los zorros del desierto. Ya bajamos las motos de los carros. Motos polvorientas, orgullosas. Motos a las que les falta un cacho de pantalla, o vienen con las estriberas torcidas. […]