Más de cuatro horas de espera en la aduana. En un trozo de tierra que no es de nadie y es de todos (buscavidas, conseguidores, ladronzuelos de poca monta, pedigüeños, lisiados auténticos…). Tres horas en un pedazo de asfalto que ya no es Melilla pero todavía no es Nador. Ves amanecer, ves salir el sol. Pasan los quads, pasan hasta los Seat Panda que, lo juramos, ya han comenzado a bajar hacia el Atlas. Pasan las horas. Y algún buggy que se escapó del Campeonato Nacional que se está celebrando al otro lado del mar, en Almería.
Cuatro horas. No pasa nada. Pasa de todo. Hay tiempo hasta de buscar una buena y dura rueda de tacos que sustituya a esa que en ruta hacia la aventura se le desintegró literalmente a una BMWF800.
Cuatro horas bajo la protección mágica e inquietante del Monte Gurugú, lugar cruel durante aquellaa Guerra de África, la de Abdel Krim.
Al final, la libertad. En marcha. No, por ahí no; por el Paseo Marítimo. Por la otra carretera el pueblo anda levantisco y se está manifestando.No les apetece a los policías veamos al Marruecos que pide lo (im)posible.
Agrupamiento en una gasolinera. Afriquia, por supuesto. El gasoil en Melilla estaba a 1,03. En Nador a 80 céntimos. Podríamos conseguirlo hasta a 40. Pero argelino, blancuzco y de contrabando. 500 litros va a cargar el Mercedes 914 que acompaña y sirve de apoyo a la caravana del BMW HUMMER RAID Marruecos. Tendrá para unos 750 kilómetros.
Gasolina para todos. Partimos hacia el Plateau de Rekkam, llanada pedregosa encerrada entre montañas, cerca de la negra frontera con Argelia. Pero hará menos de un mes que nevó (aún hay nieve sobre las cumbres de la silueta del Atlas) y las pistas están rotas. El deshielo arrastró la tierra y dejó descarnadas las piedras. Los más ‘dakkarnianos’ (BMW Dakar 650) discrepan: la lluvia habría compactado la tierra y los tacos se clavaban firme, agarraban fino…
Pero se impone volver a la carretera pues la oscuridad acecha ya. Dirección Missnour. Algunos paran en Saka. Pueblo alargado de gatos felices, perros maldecidos y un exquisito guisado con la carne cocida en su propio y jugoso vapor y guarnecida por patatas azafranadas y aceitunas blancas.
Hay tiempo, en terraza porticada sobre asfalto polvoriento, para un té y un cigarro (canario, esta vez,. De La Palma) y para hablar de… África: dicen que se prepara un golpe de estado en Mauritania. Hay allá demasiado oro (en poder de compañías canadienses) y demasiado petróleo (en manos estadounidenses) como para que alguien, muchos, no deseen hacerse con el poder en la tierra que fue el corazón del verdadero París-Dakar: el africano.
Desde Missour partiremos la mañana todavía noche y la luna creciendo, hacía una bellísima y dura etapa en la que nos hundiremos en la Hamada du Guir, un lugar de rocas rotas, oasis donde descansa el viajero y horizontes infinitos; un lugar nacido antes de que el Tiempo fuera Tiempo.