Una sala de fiestas abarrotada, un teatro lleno por completo y el bar ‘Génova’ del crucero ‘Grand Mistral’ fueron los escenarios donde el Coro de Cámara Gaztelupe deleitó e hizo felices a cientos de pasajeros que coincidieron en el viaje que acaba de finalizar el prestigioso coro guipuzcoano. Además, unos cuarenta fieles rusos de la iglesia Santa Catalina de San Petersburgo pudieron escuchar el concierto que el Coro Gaztelupe ofreció además a sus acompañantes a este viaje de turismo y música. El embarque fue en Getxo el pasado lunes día 13. No había actuación oficial hasta el martes 21 en la ciudad rusa de los canales. Así que a iniciativa de Jesús Irigoien, Nika Daguer, Manueltxo Arbiza y Jean Marie Carricano con su guitarra, el coro cantó canciones vascas, boleros, rancheras y hasta de la tuna para felicidad de gallegos, catalanes y hasta de los portugueses que estaban tomando se un café o una copa. Parecíamos el hilo musical del crucero, de tantas canciones que ofrecimos al pasaje. Una vez sirvió para tranquilizar a todos tras una tarde de temporal, con olas de hasta 10 metros, que inquietó a algunos pasajeros, sobre todo del interior d ela península. Hubo un día que había en el bar escuchando y a veces cantando unas doscientas personas.
Para calentar voces, el director JJ Etxeberria propuso un ensayo en una sala y una actuación para el pasaje. Lolita Gaiztarro, acompañante en representación de Best Travel, la agencia organizadora del desplazamiento de los 96 viajeros del coro, consiguió la sala de fiestas para el día de navegación, el viernes 17, en que no se atracaba en ningún lado. El éxito fue rotundo porque se ocuparon las 250 butacas. Se escuchó Festara, El menú, Ara nun dira, Boga Boga, Maite, Camino de San Petersburgo, Ume der bat y además se vendieron 18 discos del Coro Gaztelupe.
Semejante éxito hizo que Anuska Ibáñez, organizadora de los espectáculos del crucero, pidiese al coro durante un ensayo que participase en la gala nocturna de final del viaje, en la que se daba un premio al pasejaro más votado en la final del concurso de cantantes y chistes. El Coro Gaztelupe accedió y además tuvo el detalle de regalarle su disco, que ahora estará amenizando el crucero por los fiordos noruegos, tal y como propuso la guapa coordinadora.
El martes se actuaba en la iglesia de Santa Catalina, de San Petersburgo. Los acompañantes y medio centenar de gente local disfrutó del recital del coro a pesar del eco y las reverberaciones del templo. El coro lo componían en esta ocasión Jesús Irigoien, Jesús Santos y José Ramón Otero como tenores primeros; Nika Daguer, Mikel Aldanondo y Xabier Maresma como tenores segundos; José Antonio Soliño, Bittor Alkorta, Manueltxo Arbiza e Isidro Bengoetxea como barítonos, y Joshean Zubeldia y Jean Marie Carricano como bajos, dirigidos por José Javier Etxeberria.
La gala final del jueves día 23 cerró las actuaciones oficiales del Coro Gaztelupe, aunque entre medias la sala del bar ‘Génova’ fue el punto de cita de quienes querían un entretenimiento musical mientras tomaban algo. La sala estaba abarrotada y el coro cantó Maite y Kalinka, con solo de Otero, que fueron muy aplaudidas. En la final cantaba José Félix Asurmendi, un viajero acompañante del coro Gaztelupe, que lo hizo francamente bien.
El desplazamiento a Estocolmo, la visita a la capital sueca y el regreso a Bilbao en avión el sábado fue el punto final de un desplazamiento inolvidable por el grato ambiente creado en torno al Coro Gaztelupe.
Ilustro la primera de las narraciones con unas fotos de los dos conciertos en el barco y en la iglesia de San Petersburgo. La primera es en la gala de final del viaje. La segunda en el concierto para todos los pasajeros y la tercera en la iglesia de Santa Catalina.