El viaje a Argentina, y sobre todo la visita a Patagonia y Ushuaia, fue todo un éxito. Se puede sobrevalorar un concierto porque lo vives tan dentro que te parece excepcional todo. Pero uno ya lleva 18 años viajando con el Coro Gaztelupe y sabe diferenciar lo bueno de lo extraordinario. Y así puedo catalogar los dos conciertos que el coro ofreció en Buenos Aires y en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. Mil kilómetros más al sur está la Antártida. Y sobre todo la acogida en ambas ciudades.
El itinerario había comenzado en la capital argentina, donde los miembros de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, del centro educativo Euskal Echea y de la euskaletxea Laurak Bat se habían unido para hacer de anfitriones del coro Gaztelupe y del resto de viajeros vascos. El concierto fue en la acogedora capilla del colegio, que atiende a tres niveles de educación y unos 1.100 de alumnado mixto. Se fomenta el jai alai, los deportes vascos. El colegio se inauguró en 1904 para atender las necesidades de los hijos de vascos y hoy está abierto a toda la comunidad bonaerense. El concierto se demoró unos minutos debido al colapso del tráfico capitalino un viernes por la tarde. El microbús de los organizadores no pudo llegar a tiempo, las seis, al hotel para recoger a los coralistas, que finalmente fueron con todo el grupo viajero. En la sede de la calle Sarandí coincidieron el bus de los vascos y el coche local que les había ido a buscar. El presidente de la Fundación, Jorge Zorreguieta, padre de Máxima, la actual reina de Holanda, dio la bienvenida a todos. El hombre tiene 84 años años pero quiso estar presente y escuchó todo el concierto. Como Enrique Aramburu, secretario principal de la institución, que dirigió unas amables palabras. El concierto resultó un éxito. La capilla era el lugar ideal para disfrutar de los ‘pianísimos’ que logra este coro.
El concierto se compuso del siguiente programa: ‘Ave María’ de T.L. de Victoria, ‘Aita gurea’, de P. Madina, interpretado con la colaboración de Arantxa Martínez, mezzo y esposa de Jota Jota. ‘Souliko’, armonizada por J.,M.Gonzalez Bastida, ‘Where you there’ (G. Bastida), ‘Go down Moses’. Y el folklórico vasco por: ‘Illunabarra’ (E. Mocoroa), ‘Sagarraren’ (I.Busca Sagastizabal), ‘Ara nun diran’ (G. Bastida), ‘Goizeko izarra’ (J.A. Santesteban), ‘Kantaberri’ (P.Sorozabal) y ‘Maite’. (P. Sorozabal).
Entre las personalidades que se encontraban en el recinto estaban Jorge Beramendi, de la Fundación, Enrique Fagoaga, expresidente de la Euskal Etxea, Elsa Irigoyen, que todos los años veranea den Donostia, Simón Soroet, presidente de Euskal Echea e Iñaki Aramayo, ondarrutarra y jefe de prensa de Juan de Garay. Al finalizar el espléndido concierto y tras los cálidos aplausos de los anfitriones, el director ‘Jota Jota’ impuso la txapela de recuerdo a Zorreguieta, que se mostró encantado con la fiesta. “A ver si con ella puesta me hacen más caso como presidente en los consejos”, decía con sorna. A mí me tocó vestir con el delantal de Donostia 2016 a Aramburu, por su labor para que este concierto tuviera el mejor respaldo posible. La fiesta siguió con una cena del grupo a la que se incorporaron Aramburu, Juan Luis Goikoetxea, Graciella Cargueiro y Carlos Irizarri, de la Fundación. La despedida fue la habitual. “A ver si regresan pronto”.
Os dejo unas fotos que hice de este entrañable y excepcional concierto.
El Coro de Cámara Gaztelupe posa en su concierto en el colegio Euskal Echea de Buenos Aires.
La preciosa capilla de la entidad en el centro escolar Euskal Echea de la calle Sarandí bonaerense.
Jorge Zorreguieta, presidente de la Fundación Juan de Garay, aplaude. A su lado, Elsa Irigoyen
Zorreguieta, con la txapela que le impuso Jota Jota como director del Coro Gaztelupe.
Enrique Aramburu, de la institución, con el delantal de promoción de Donostia capital cultural europea 2016.
El segundo concierto fue en Ushuaia. Os lo cuento en el próximo blog y resultó casi más entrañable por la venerable figura del párroco pamplonés Miguel Antonio Echamendi.