Ya hace 37 años de la desaparición de CECILIA. En realidad nunca se fue, su música ha traspasado las décadas y hoy se ha convertido en los que los pedantes llaman un clásico. Evangelina Sobredo nació en 1948 en el seno de una familia acomodada. Pronto la joven mostró sus inclinaciones por la música, la melancolía y su rebeldía hicieron el resto, marco a toda una generación. En los años 70 su voz y las letras de sus canciones hicieron soñar a una legión de jóvenes que esperaban un soplo de viento para que cambiaran las cosas y las costumbres de un país dormido por un letargo mortal. Mi querida España, Dama, dama, Un ramito de violetas, Una guerra, Andar y tantas otras canciones sirvieron para afianzar su carrera y convertirse por derecho propio en una de las cantautores mas populares. En 1975 participo en el Festival de la Oti con una canción compuesta por Juan Carlos Calderon llamada originalmente La llamada y que ella convirtió en Amor de medianoche. Falleció poco después en un accidente de carretera cerca de Zamora. Hace un año su hermana encontró una cinta con grabaciones originales y así nació o mejor volvió a la vida,Mi muñeca. Cecilia es como abrir una ventana en el campo y mirar el trigo, dormir la siesta apoyado en el hombro de la persona amada mecidos por el tintineo del agua de un rió, es la brisa fresca que se cuela entre un campo de cerezos o los atardeceres en La Toscana. Un puro momento de felicidad intimo, pequeño y casi secreto. Como su vida y su muerte. Cae la noche desde este rincón cercano a Paris donde solo so oye a los grillos desde la ventana de la habitación del hotel en una noche calurosa de verano sin sueño.