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Y a ti, hijo, te toqué yo

Peligro, mamá a bordo

Se acabó. Mañana mismo cambio la pegatina de ‘Peligro, bebé a bordo’, por otra mucho más adecuada en la que pueda leerse, con letras bien grandes, ‘Peligro, mamá a bordo’. Y es que no me extraña que los conductores se pasen por el embrague la advertencia de que en el coche va un renacuajo. Pongámonos en situación:

Si tienes suerte el tío que va detrás no tiene hijos, ve la señal en tu luna trasera y le hace el mismo caso que un adolescente a su padre cuando le prohíbe que beba en las fiestas del pueblo. Vamos, ni puto caso. Normal. Mister-no-reproducido lo que ve es un simpático bebé sin dientes, que sujeta su chupete con una sonrisa de medio lado mientras un ricito rubio le cae sobre la frente. ¿Y qué miedo le va a dar un querubín con cara de buenote? Te lo digo yo: el mismo que a Bárcenas la auditoría interna del PP. Total, si en un momento dado Don-esperma-infrautilizado tiene mucha prisa, se pega al parachoques del bebémóvil dándole las luces para que se aparte, justo a dos metros hay un atasco, no le da tiempo a frenar y… ¡zascapumba por detrás! ¿qué le va a hacer el rubio desdentado? ¿tirarle el chupete? Si aún fuera un bebé muy borde, podría inquietar algo. ¿Pero un bebé a bordo? Es como si en una finca en lugar de poner ‘Cuidado con el pitbull’, pusieran ‘Zona vigilada por un hamster’. O como si en la señal de ‘Peligro por electrocutamiento’ no apareciera un hombre atravesado por un rayo, sino una rubia con el pelo a lo Albert Einstein. ¡Es absurdo! De hecho, muchos pensarían: «¿qué hace una imagen de la Duquesa de Alba en una torre de alta tensión?» Sólo hay una señal casi tan estúpida como la de ‘Peligro, bebé a bordo’: la de ‘Peligro, sucesión de curvas peligrosas’. ¿Qué es eso? ¿una señal de tráfico o una peli porno? Con ver que viene una curva detrás de otra uno ya se da cuenta de que la carretera muy segura no es, ¿no? Pero a lo que íbamos. Está claro que Sin-hijos le hace a la imagen del ‘simpático bebé sin dientes, que sujeta su chupete con una sonrisa de medio lado mientras un ricito rubio le cae sobre la frente’, el mismo caso que una modelo a un plato de jamón ibérico. Por el contrario, si en medio del triángulo de peligro apareciera una foto de tu cara de madre, tomada justo cuando estás a punto de colgar de la torre de Atocha al descerebrado que acaba de hacerte zascapumba por detrás y, por si no quedara claro, se pudiera leer bien grande la frase ‘Peligro, mamá a bordo’, la cosa cambiaría, ¿no?

Peligro mama a bordoMás complicada es la situación si el coche que va detrás lo conduce otra madre. Porque aquí, no es que pase olímpicamente de la señal de ‘Peligro, bebé a bordo’. Es que se te pega al parachoques para ver si tu pegatina mola más que la suya. Y no exagero ni un poquito en este asunto. Hace unos días circulaba yo cantando a voz en grito ‘Dora-Dora-Dora exploradora…’ con el pequeño K sentado detrás aprendiendo a meterse las orejas hacia adentro. Entonces me paro en un semáforo y se pone a mi altura una monovolúmen familiar. «Piii, pi, pi, piiiii,pi, pi».

– Hola, perdona que te moleste. Es que me ha gustado tu pegatina de ‘Peligro, Bebé a Bordo’ y me preguntaba dónde puedo conseguir una igual.
– Pues ya lo siento, pero no tengo ni idea. Me la regalaron cuando estaba embarazada.
– Oh –la mami de la monovolumen pone cara de decepción y me mira con suspicacia, calibrando si de verdad no se cómo conseguir otra o si es que no quiero compartir la información – Bueno, no pasa nada. Si al final lo que importa es que nuestros chiquitines vayan seguros. Que yo estoy por poner una señal con luces de neón sobre el techo para que la gente respete la distancia de seguridad. Ya sabes, como las que llevan las furgonetas de asistencia en carretera que indican obras. Chica, si es que hay cada energúmeno suelto….
– Sí, sí, es verdad… pero hazme un favor. Da marcha atrás y métete en el carril de la derecha, que esta carretera es de doble sentido…

Lo cierto es que comprendo a la mamá de la monovolúmen. Ahora las pegatinas de ‘Peligro, bebé a bordo’ tienen tantos diseños disponibles, que una no sabe si está poniendo una señal de advertencia o tuneando el coche. Antes sólo había que escoger entre dos: la que te daban con los potitos Hero Baby o la que venía en la caja de cereales Nestlé. Ahora las tienes para todos los gustos:

– Las que personalizan el nombre del niño. Ideales para mamás que les pondrán a sus hijos baberos bordados con su nombre y chupetes con su nombre impreso. Total, para que el niño se llame Aimar, Markel u Ohian, como la inmensa mayoría de los niños de Gipuzkoa. Hay tantos, que yo he llegado a preguntarme si la pegatina, el babero y el chupete están personalizados o son de esa marca.

– Las que además de lo anterior, añaden una foto del renacuajo. Para cuando el peque crezca habrá tantas fotos suyas en camisetas y redes sociales, que le será imposible echarse novia con tanta imagen bochornosa disponible.

– Las que ni siquiera son una pegatina, sino una especie de cojines con ventosa, realizados por mamá en pleno ataque por el ‘hágalo usted mismo’. El pequeño tendrá la decoración de su habitación, la ropa, el forro de los libros del cole, la bolsa de la merienda… todo hecho por mamá. Que nadie se extrañe si de mayor sólo viste de negro, lleva piercings puntiagudos y la raya del ojo pintada hasta la sien.

– Las que dicen cosas como «la princesa de mami viaja en este coche». Vamos a ver… la niña te va a salir ñoña por pelotas.

– Las que dejan claro que el bebé que va a bordo, es de un equipo de fútbol en concreto: bebé colchonero a bordo, bebé pucelano a bordo, aquí viaja un bebé galáctico… Estos críos sabrán decir ‘gol’ antes que mamá y de mayores cuando consigan un logro laboral declararán que ha sido «una victoria de todo el equipo»

– La de ‘Peligro, mamá a bordo’ que yo pienso poner a partir de mañana. La elección perfecta para madres a las que algunos definirían como ‘tocapelotas’, acostumbradas a que las personas comedidas y responsables les miren por encima de las gafas mientras niegan reprobatoriamente con la cabeza.

 La peor situación de todas, sin embargo, no es que el que vaya detrás sea un tío sin vástagos al que tu pegatina de ‘Peligro, bebé a bordo’ le interesa menos que un documental de La 2. Tampoco que el coche que ves por el retrovisor lo conduzca una mami medio loca dispuesta a meterse en dirección contraria por hacerse con una señal como la tuya. El colmo de la mala suerte en carretera es que, el del coche que te sigue, sea un papá-a-bordo. Hace una semana, precisamente, me llamó mi primo Juanillo, de Sevilla, para contarme muy cabreado que había tenido un golpe con el coche cuando llevaba a Juanillín a casa de la abuela. Fue más o menos así:

«Rezulta que iba yo egcusando el Arrebato, cuando veo que un nota empiesa a acelerá tó loco por la Avenida de Kansa Sity. Yo veía que el pisha no frenaba y efectivamente. Llega el flipao y me da por detrá. Yo que me bajo, cojo al Juanillín en brazo y le digo al otro: killo, tu está colgao o qué. ¿No vé la señá que llevo en el coshe? ¿o es que te han dao el carné sin sabe leé? El tío imbési, se exa a reí, y yo ya gritando le digo: Pue lo pone bien clarito, mira, a-quí vi-a-ja un bebé se-vi-llista. Y coge el nota, y me dise: ¿Y sabe lee tú? Mira, bebé be-ti-co a bordo. ¡¡Toma la que os hemo enxufao!!»

Si en la señal de marras pusiera ‘Peligro, mamá a bordo’, eso jamás hubiese pasado…

¿Cuáles son vuestras anécdotas al volante?

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(des) Madre por primera vez

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