La Agenda Portátil: el Villa Soro queda como reserva espiritual del ‘glamour’: el Londres cierra enero y febrero / Mercero me confesó que sus nietos siempre le pedían ver ‘Verano azul’. Pero él se enorgullecía de ‘La cabina’ / ¿Qué cocinero se llevó un susto por el operativo secreto de la Ertzaintza?
Yo soy feliz en un hotel. Mi ideal de felicidad está presidido por las estrellas: no las del firmamento, sino las de un buen establecimiento hotelero. Lo cantó Sabina (hotel, dulce hotel; hogar, triste hogar) y lo repetía Antonio Gamero: «Como fuera de casa, en ningún sitio». Mis héroes son el escritor Julio Camba, que residió en el Palace madrileño hasta la muerte, o Vladimir Nabokov, que también vivió sus últimos años en un hotel suizo.
El barómetro de los hoteles da ‘buen tiempo’
En Donostia los hoteles son noticia. Acaba de cerrar el María Cristina para una reforma de nueve meses y casi a la vez la web de viajes Trivago lo ha incluido en el ‘top ten’ de hoteles europeos donde son habituales las estrellas. El Cristina entra en un selecto club donde también aparecen el Crillon de París, el W de Barcelona, el Danielli de Venecia o el St Martins Lane de Londres.
Hasta julio San Sebastián se queda sin cinco estrellas. Pero hay más: el hotel Londres, el otro gran clásico de la ciudad, ha cerrado ya dos plantas enteras para su reforma paulatina. En enero y febrero cerrará el hotel entero para acometer el acelerón a una rehabilitación que cambiará su piel y sus tripas para darle un aire confortable y adaptado a los tiempos.
Así que es el discreto, coqueto y elegante Villa Soro, en Ategorrieta, el hotel que queda temporalmente como ‘reserva espiritual’ del ‘glamour’ más lujoso. El hotel, inaugurado hace unos años en una histórica villa, ha crecido lejos de los focos pero ha registrado en este tiempo el paso de no pocas ‘celebritis’ que buscaban anonimato. Si el Villa Soro contara su historia descubriríamos otra cara del pasado de la ciudad.
Hay movida hotelera, sí. El Costa Vasca vivió el año pasado una completa rehabilitación y el NH Aranzazu, también encara los nuevos tiempos, como el Amara Plaza. El Astoria se ha consolidado también como una de las ofertas más originales con su juego con el cine. ¡Si hasta el Barça duerme ya ahí!
El Niza mantiene su ‘charme’ intelectual y celebra el éxito del Narru, su adaptación a la gastronomía emergente. Y se avecinan sorpresas en el sector.
Dicen los gurús del turismo que los hoteleros son los mejores barómetros para adivinar los tiempos que vienen. Que una cadena internacional apueste por cambiar el María Cristina y una empresa local se embarque en la reforma del Londres son señales de que apuntan buenos tiempos para Donostia.
El otoño, azul, de Antonio Mercero
Se celebran estos días con grandes fastos los treinta años de Verano azul, esa serie que marcó adolescencias y que hoy sería imposible porque Chanquete levantaría sospechas por pederastia…
El director de la serie, Antonio Mercero, fue el gran ausente de las celebraciones de esta semana. Aquejado de alzheimer, vive al margen de la actualidad. Es un hombre cordial, entrañable, padre de la televisión española, txuri urdin de pro y Tambor de Oro de San Sebastián.
Hace unos años, en una entrevista, le pregunté por cuál de sus series se sentía más orgulloso. «Mis nietos, cada vez que vienen a casa, me siguen pidiendo capítulos de ‘Verano azul’», confesó. «Pero es ‘La cabina’ el trabajo del que me siento más satisfecho, no porque le dieran el Emy sino porque es un programa de 1972 que sigue vigente, conel aire de un clásico».
Una plaza de Lasarte, su pueblo, está dedicada a Mercero, pero él no la puede disfrutar. Vive un otoño azul, rodeado de los suyos. Quienes hemos crecido viendo sus programas en la tele le hemos echado de menos en el treinta cumpleaños de ‘Verano azul’.
Atrapa a un ladrón… en la cocina
Esta semana ha caído la banda que supuestamente robó en los restaurantes guipuzcoanos en verano. La oleada de robos fue tan mediática que la Ertzaintza desplegó un amplio y secreto operativo para detener a los ladrones.
Ese dispositivo provocó escenas curiosas: un conocido chef de Donostia, que volvía una noche al local por un olvido de última hora, se dio el susto de su vida al encontrarse encañonado por los ertzainas que hacían guarda a la espera de los posibles cacos. El enredo se resolvió, pero casi ocasiona un infarto.
Cuatro más
P.d. 1: Fellini en San Telmo. Continúa hasta noviembre y la visita merece la pena: el Museo de San Telmo acoge una fantástica exposición sobre el gran director italiano. Algunos pudimos verla en Barcelona, pero dicen los autores de la muestra que en Donostia luce mejor que en el Caixaforum. Viva la vita!
P.d. 2: Cierra San Prudencio. Uno de esos buenos periodistas que nunca se jubila me cuenta que mañana cierra, tras 55 años, el restaurante San Prudencio, un clásico en ese precioso alto de Getaria. La falta de relevo generacional explica el cierre. Lástima.
P.d. 3: ¿El Sol en Bilbao? Llama Garganta Profunda: «Bilbao gana enteros para acoger el festival publicitario El Sol. Su oferta económica es buena. Y al quedarse en el País Vasco la organización salva la cara ante quienes la acusan de irse de San Sebastián por política». Ojalá se equivoquen y El Sol siga en Donostia.
P.d. 4: Arconada en la Real. Zorionak a Luis Arconada (¡el periodista, no el portero!) que se incorpora al área de comunicación de la Real. Que sea para bien.