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Mitxel Ezquiaga

¡Ke paren la rotativa!

Buscando la 'Fontani di Trevi' bajo el Boulevard

 

Este es el diario de un ñoñostiarra ligeramente gafapasta antes de que los tambores nos estallaran entre las manos. La ‘dolce vita’ puede ser bella y también amarga, como nos enseñó San Federico Fellini. Ésta es una agenda personal para un sábado de resaca.

 

Domingo. Qué pronto nos acostumbramos a lo bueno. Estoy sentado a pie de cancha en Illunbe para ver al mejor equipo de Europa, el Barcelona, frente al Lagun Aro. Al lado, Aito García Renes, una leyenda, con el gran Miguel Santos e Iñaki Galdos, el político que prepara el regreso a la vida civil con sorpresas en la recámara. Perdemos, pero el esfuerzo merece la pena: el público llena el recinto y ve luchar a un equipo con carácter. Al regreso a casa la Princesa Rubia prepara una paella que vale más que todas las Copas del Rey.

 

Lunes. Visita al Ayuntamiento para entrevistar para la teletxikita al alcalde, Juan Karlos Izagirre, que afronta su primera fiesta de San Sebastián en el cargo. Izagirre es cordial en las formas y muy respetuoso en sus intervenciones públicas. En los pasillos municipales algunos concejales de la oposición dicen que bajo ese rostro amable se esconde un duro. Odón Elorza, tras veinte años de alcalde, se convirtió en un icono: los ciudadanos le responsabilizan de todo lo que ocurría en la ciudad. Izagirre lleva seis meses en el cargo y apenas hay ‘sirimiris’ o llamadas de radio en las que le pidan directamente que arregle el bache o farola del barrio. Aún no es el personaje mitológico en que se convirtió Elorza. ¿Hacen falta veinte años para eso?

 

Lunes noche. El cine-club Kresala abre una etapa que quiere ser continuista respecto a su glorioso pasado. Una nueva generación se hace cargo de la organización pero entre los espectadores encuentro a los aficionados de siempre, de Jesús María Alquezar a Mariano Ferrer. Vemos ‘La casa de mi padre’, una película tan interesante como irregular de Gorka Merchán sobre nuestra guerra y paz. Luego vivimos una intensa tertulia al estilo de los cine-clubes eternos. Merchán vive cargado de entusiasmo: es uno de esos personajes al que tachan de ‘naif’quienes están de vuelta de todo. A mi me gusta por eso.

 

Martes. En el restaurante Illarra, que se ha convertido en una nueva plaza mayor de Donostia, Punto Radio reúne a Tambores de Oro. Me sientan en una mesa con nada menos que cuatro galardonados (Luis Chillida, Iñigo Olaizola, Ricardo Echepare y el ‘nuevo’, Enrique Cifuentes), y Susana Urquijo, uno de los cerebros del marketing del Banco Sabadell-Guipuzcoano. Saludo a los ex alcaldes Xabier Albistur y Ramón Labayen, que recuerdan entre sonrisas la historia del dorado tambor que quiso dar a la Duquesa de Alba y quedó frustrado en el Pleno.

 

Martes noche. Programa pre-Tamborrada en Keridos Monstruos. Casi sesenta personas pasan por el plató: desde los niños con mando en la Infantil hasta los tambores mayores de Gaztelubide y la Artesana o las nuevas tamborradas. ¡Qué tensión! A la salida Joti Díaz me lleva al Resaca a tomar un gin-tonic de relajación. El bar de Iñaki Guetaria en Miraconcha es la mejor terapia ante la fiesta. Me gusta más en la intimidad de los días de labor que en el aluvión del finde: soy ñoñostiarra taciturno.

 

Miércoles. Comida en el Agorregi de Gorka Arcelus, en Igara. El chef donostiarra vive un momento dulce, en el punto exacto de la buena cocina, por encima de peleas entre lo tradicional o lo nuevo. Pocos restaurantes hay en Gipuzkoa que ofrezcan un menú a veinte euros con ta calidad. Arcelus, poco amigo de los saraos mediáticos, trabaja en silencio en su txoko: recibe las estrellas de sus clientes, que dicen que son las que cuentan.

 

Miércoles noche. Los espectadores llenamos el Principal para ver ‘La Dolce Vita’ de Federico Fellini. Copia restaurada y pantalla grande: qué lujo. A la misma hora en que el Madrid y el Barcelona arrasan los audímetros nos sumergimos en esta historia tan brillante, imaginativa y tiste. La derrota vital del personaje de Mastroianni, el periodista que entierra sus sueños en el descreimiento, o como se diga eso, es nuestra derrota. El ciclo Fellini sigue en Donostia: atentos. A la salida del cine busco la Fontana di Trevi bajo los adoquines del Boulevard. Pero Anita Ekberg ni está, ni se le espera.

 

Jueves. ‘La dolce vita’ es en Roma en 1960, pero habla del aquí y del ahora. La capitalidad cultural es en 2016 pero se construye hoy. En Donostia 2016 hay marejadilla. Afortunadamente tanto el gobierno municipal como la oposición siguen entendiendo que el consenso es el valor fundamental para el proyecto. Saben además que ahí fuera hay mucha gente con la guadaña preparada a la espera de carnaza para saltar contra San Sebastián. Si hay «inteligencia política» (sí, eso existe: no es un oxímoron) las divergencias se atajarán con talento.

 

Jueves noche. Gran noche donostiarra y todo eso. Me encierran en Teledonosti para contar la fiesta al lado de Naiara Eizaguirre. Y a partir de aquí el ruido de tambores me confunde, como a un Dinio txuri urdin: menos mal que este papel lo narra todo.

 

P.d.Confidencial: el cocinero donostiarra que quizás entre en el concurso televisivo ‘Top chef’ es… ¡Asier Abal! Habrá noticias.

mezquiaga@diariovasco.com

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La vida, nada más

Sobre el autor

Curioso. Periodista de El Diario Vasco. Presento 'Keridos Monstruos' en Teledonosti. Ñoñostiarra, ma non troppo: hay vida más allá de la barandilla. O así


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