La Agenda Portátil / Paseo sentimental y sobre todo gastronómico por Santiago / ¿Mikel Antza en un concierto de Radio Futura?

Un día quiero hacer andando el camino de Santiago. De momento,  me conformo con ir en avión desde Bilbao.

Esta semana he estado en la ciudad compostelana visitando su Fórum Gastronómico, un original y acogedor encuentro que se celebra cada año, alternativamente, entre Girona y Santiago. Si nuestro San Sebastian Gastronomika es el gran Festival de Cannes de las cocinas, el Fórum es como el festival de Sundance: juguetón y distinto.
(Por cierto, ya saben que SS Gastronomika se adelanta este año a primeros de octubre, del 7 al 10, con Francia como país invitado y novedades que lo van a hacer aún más potente. Pero de esa historia pronto habrá más detalles).

Hacía casi veinte años que no pisaba Santiago de Compsotela. La ciudad está brillante, humana y juvenil, con esas hordas de estudiantes que dan vida a los días y las noches de su parte vieja. Entré en la catedral y abracé al Santo, aunque con un asomo de vergüenza: al fin y al cabo yo sólo era un peregrino con tarjeta de embarque. Y visité también en buena compañía la otra catedral que hay hoy en Santiago: Casa Marcelo, el restaurante mágico donde se guarda devoción por el producto y hasta se puede devorar con las manos la mitad del menú. Soberbio.

En el Fórum triunfaba Josean Alija (¿se puede llamar paisano al cocinero del Nerua de Bilbao en un fin de semana de derbi?) destripando los secretos de sus fogones, y el irunés Iñigo Lavado hablaba de sus proyectos al tiempo que recibía felicitaciones por su candidatura al chef Millesimé del año. Lavado forma parte de un ‘dream team’ de elegidos en el que se incluye también gente como Francis Paniego o Mario Sandoval. Lavado, por cierto, puede tener pronto noticias sobre nuevos negocios en Donostia: seguirá en Ficoba, pero echa un ojo por San Sebastián…

Pero en ese laberinto de pasiones que fue el Forum destacó sobre todo la ponencia de los hermanos Roca, del  Celler de Can Roca de Girona y auténticas figuras emergentes (bueno, ya emergidas) en la cocina internacional. Subido ya a los altares Ferrán Adriá, y dejando a un lado a los chefs vascos (que consideramos, por definición chovinista, los mejores del mundo ya para siempre) Joan Roca es hoy el tipo que mejor sabe conjugar producto con modernidad y juego.

Roca enseñó su carro de postres, que parece surgido de una película de Tim Burton, y emocionó a la audiencia con la reacción de su madre, grabada en video, cuando le dio a probar su plato llamado «el mundo». «Nada más local para mí como mi madre para probar un plato que recoge las influencias de la aldea global», explicó Roca.

El juego de los Roca alcanza su esplendor con un postre llamado «gol de Messi», que siguen actualizando. Está basado en un formidable gol del argentino al Getafe hace tres años. «Queríamos reproducir en un plato la sensación de euforia que ese gol deja a un culé», explica Roca.
El propio plato tiene forma de balón, primero se comen unos merengues (alusión clara el eterno rival) y luego se escucha en un ipod la retransmisión radiada del gol. Después, sobre un fondo que parece césped de estadio, se come el postre, basado en mentas y dulces que inducen también a la euforia.

¿Un chiste? Puede ser. Pero 500 gallegos aplaudieron a rabiar la ocurrencia del catalán.
Viajar a Santiago sigue valiendo una Misa. El año que viene toca Girona. Este congreso es como una semifinal de Champions.

Radio Futura en Anoeta: sigue la leyenda

 
La muerte de Santiago Sierra, el guitarrista de Radio Futura, nos llevó la semana pasada a recordar aquí un legendario concierto conjunto del grupo madrileño y de El Último de la Fila en el polideporivo de Anoeta  a mediados de los 80. E invité a los lectores que hubiesen estado en aquel concierto a colaborar en este ejercicio de nostalgia, aun sabiendo, como decía el gran Vázquez Montalbán, que la nostalgia es un error.

Con sorpresa recibí un buen puñado de correos sobre aquel concierto… y contradictorios entre sí. Hay quien asegura que fue en 1986 quien dice que en 1987, cada uno con el aval de conservar la entrada, y quien sentencia que «antes». Hay quien dice que lo mejor fue El Último y quien asevera que arrasó Radio Futura. Hay quien cuenta que Sierra no actuó y quien afirma que fue lo mejor. Y así sucesivamente. Hay una famosa frase que dice: «Si recuerdas algo de los 80 es que no estabas allí». Queda demostrado.

Pero lo mejor me lo cuenta un relevante personaje guipuzcoano: dice que entre quienes fueron a visitar a Santiago Auserón al camerino al final del concierto estaba Mikel Antza, luego acusado de ser uno de los supuestos jefes de ETA. «A Antza le gustaba mucho el rock y seguía con interés a Auserón», relata. Las fechas tampoco acaban de encajar. La nostalgia es un error… y una trampa.

P.d.  Esta semana ha muerto el arquitecto Manuel de Solá Morales, el hombre que hizo junto a  Moneo ‘L’illa’, el rascacielos tumbado de Barcelona. Como me recuerda Anton Pagola, Solá fue maestro de una generación de arquitectos donostiarras. Formó parte equipo que empezó el plan del ‘área R’ de San Sebastián… Y dicen las malas lenguas que se retiró muy pronto asustado ante la deriva que tomaba…
mezquiaga@diariovasco.com