Solo faltaba la foto. Y ya la tenemos: Elvis Costello y su mujer, Diana Krall, juntos en Donostia. Es en el restaurante Urola, con el cocinero Pablo Loureiro y el personal del recuperado local de la Parte Vieja. Parece la clásica imagen de una pareja de guiris que disfruta de San Sebastián .Pero detrás de esa inagen hay bastante más.
Lo importante es que los dos músicos ofrecieron hace unos días brillantes conciertos en el Jazzaldia: Costello estuvo a su nivel en la actuación gratuita para gautxoris en la playa de La Zurriola; Krall evidenció en el Kursaal su madurez como artista y como persona firmando una actuación elegante, contundente y redonda.
Pero la crónica rosa del Jazzaldia exigía la foto donostiarra y conjunta de la pareja. Costello canceló el domingo su concierto en Lisboa (no sabemos bien por qué) y regresó a San Sebastián. Asistió al concierto de su esposa, se fueron juntos a cenar a Rekondo… y después se dirigieron al Urola para juntarse con otros amigos que cenaban ahí. Bebieron buen vino y comieron anchoas. Y después se fueron al hotel María Cristina, donde les esperaban sus gemelos.
Si nos pusiéramos cursis diríamos que Diana y Elvis, al fin, se amaron en Donostia. Dejémoslo en que San Sebastián fue el punto de encuentro donde sus respectivas giras se cruzaron. Los dos se fueron de la ciudad repitiendo eso tan sabido de “qué ciudad tan maravillosa”. Como Jamie Cullum, que quiere volver y actuar cuatro días consecutivos. O como John Zorn.
Krall y Costello en San Sebastián: ya está la foto. Ya podemos dar por cerrado el Jazzaldia. Ya podemos irnos de vacaciones. Feliz agosto.