La Agenda Portátil: diez sitios de Gipuzkoa donde uno puede comer, beber o vivir… y ser feliz
Cada cierto tiempo publico una lista así: es mi Guía Mitxel (in)… Lo hago a petición de algunos lectores. Casi siempre repito los mismos nombres. Es «mi» selección, realizada con un único criterio: lugares donde me lo paso bien y que, en buena parte, son amigos. Dejo fuera a los restaurantes cargados de estrellas, de Arzak a Berasategui o de Akelarre a Mugaritz, pasando por Arbelaitz, porque están en categoría especial. Es una lista injusta: alguno se quedará fuera sólo por mi mala memoria.
1. El Frontón de Tolosa
Primero cautiva el lugar, un edificio racionalista en el corazón de Tolosa. Segundo, su decoración, entre el art-decó y la modernidad. Y sobre todo, su cocina: amor al producto y estilo propio sin tonterías. Las alubias son su buque insignia, pero en sus fogones se miman los mejores productos de la naturaleza sin que apenas se note la mano de quien lo trata: esa es hoy la mejor vanguardia de la gastronomía. Al frente de la nave, Roberto Ruiz , un tipo discreto que rehuye el protagonismo y cada vez da más importancia a su impresionante equipo, un dream-team austero y capaz.
2. Portuetxe
Un clásico popular: cómo un asador puede ser el restaurante más contemporéneo del mundo a base de respetar la mejor materia prima. Triunfa cada día en Ibaeta, siempre a tope: es un lugar donde uno se reenamora del rape o la chuleta de siempre, en un antiguo caserío integrado en la trama urbana de la nueva Donostia.
3. Hika Mika
Es la reinterpretación del bar-de-siempre, en el siglo XXI y en el centro de San Sebastián. Su alma mater, el gran Alfonso González, reinventó un bar en torno al pastel de pescado, la ropa vieja y otras recetas de culto del vieo Astelena. En enero Alfonso murió, injusta y prematuramente, pero su chica, Virginia, recogió el testigo y mantiene el bar en su mejor espíritu. Y hasta con más fuerza si cabe.
4. El Mirador de Ulía
Sus vistas son el mejor espectáculo del mundo. Habría que ir al Mirador de Ulía simplemente como se va al Guggenheim: para mirar. Pero es que además su chef, Rubén Trincado, es un creativo imparable que pare platos sin cesar. Este año logró su primera estrella Michelin y vive un momento dulce. Subir ahí arriba siempre es una fiesta.
5. Narru
El Narru de Iñigo Peña había triunfado en Gros con su cocina; el hotel Niza es uno de los enclaves más donostiarramente hipnóticos de la bahía. Desde hace unos meses los dos suman fuerzas: el Narru está en el Niza y sigue triunfando, ahora en La Concha, con una propuesta imaginativa pero sobria en la que el producto (otra vez) es protagonista.
6. La Bernardina
Es uno de los fenómenos sociológicos de la hostelería local: enclavada en Ondarreta, frente al hotel Aranzazu, La Bernardina es un espacio donde se come y bebe bien, pero sobre todo donde la gente va a ver a otra gente y dejarse ver. Un lunes cualquiera es el establecimiento de Donostia con más clientes. La simpatía de sus dueñas tiene mucho que ver con el éxito: la Bernardina es un lugar donde uno se quedaría a vivir.
7. El Xarma
Los cocineros Xabi Díez y Aizpea Oihaneder han logrado levantar en la Avenida de Tolosa de San Sebastián un restaurante de vanguardia con precios ajustados. Dan rienda suelta a su imaginación en un espacio reducido que en Madrid o Barcelona ya sería de culto y aquí es cada vez más visitado. Tiene encanto.
8. A fuego negro
Es el cruce perfecto entre el bistrot posmoderno y la taberna de toda la vida. A fuego negro es juguetón y distinto en la calle 31 de Agosto: sus pinchos o raciones proponen locuras controladas divertidas. Sale en las guías para guiris y cuando uno se acoda en su barra se encuentra a tantas suecas como vecinas de Gros. Cosmopolitismo le llaman a eso que comandan Edorta Lamo y Amaia García.
9. El Illarra
Es otro acontecimiento sociológico en la Ibaeta. El Illarra de Josean Eizmendi es una propuesta eficaz y con una línea propia, siempre en evolución. El público responde y lo llena días de labor, fines de semana… y en las cuatro estaciones.
10. Y Resaca, Tsi Tao, Bokado, Antonio, Kaia, Zelaia…
Se acaba el espacio y es momento de decir que este «top 10» tiene trampa, porque caben bastantes más que diez. Está el Resaca de Miraconcha, donde Iñaki Guetaria da refugio a los gautxoris con su gin-tonic: me encanta en invierno, cuando nos acoge después de la teletxikita, y en verano. O sea, siempre.
Pero también disfruto el Tsi-Tao, con su sushi, sus tempuras y ahora… ¡con sus mojitos! (eso sí que es fusión).
Y el Antonio, ese bar eterno en perpetuo rejuvenecimiento por el que desfila el «who is who» de un San Sebastián.
O el Bokado-San Telmo, la nueva aportación del grupo Bokado a la ciudad, un espacio original que en Amsterdam, por ejemplo, nos parecería el lugar más chic del mundo… y lo tenemos aquí.
Está el Kaia de Getaria, asomado al mar con los mejores frutos del mar en el plato… Y la sidrería Zelaia, con el encanto añadido de que sólo puede disfrutarse tres meses al año, como un placer casi prohibido…
Me dejo algunos. Otro día, nueva entrega de la Guía Mitxelin. Se admiten sugerencias.
mezquiaga@diariovasco.com