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Alexis Algaba

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Los Tomic atizan dentro y fuera de la pista

El Mutua Madrid Open se ha levantado este lunes con la noticia de que el padre del tenista australiano Bernard Tomic, ha sido arrestado por romper la nariz del sparring de su hijo, el monegasco Thomas Drouet. La federación australiana se encuentra investigando el caso y al parecer existen dos versiones sobre los hechos a cuál más surrealista. La primera de ellas señala que Drouet intentó mediar en una disputa en la capital española entre Bernard y su padre John, conocidos por tener cerradas discusiones tanto fuera como dentro de la pista. En la trifulca el tenista que sirve de calentamiento para Tomic, número 49 del ranking, se llevaría un golpe que le destrozó la nariz. La segunda versión es más fuerte, ya que concluye que el padre de la promesa australiana cabeceo intencionadamente a Drouet tras llevar varias semanas en las que su relación se había tensionado.

Tanto si es una versión como la otra la correcta, lo que está claro es que el sobreproteccionismo y el afán de protagonismo de algunos padres con respecto a sus hijos profesionales daña mucho su carrera. Bernard es un joven australiano de origen balcánico de tan solo 21 años, que tan solo registra resultados considerables en su tierra natal. De hecho, casi un 60% de sus victorias el pasado año las consiguió jugando en su país, durante el resto de la campaña dormita por las pistas. Aunque sus condiciones son espectaculares y es un tenista destinado a dominar el circuito en unos años, sus salidas de tono y sobre todo la relación con su padre, parecen ser lastres excesivos por los que su carrera no termina de explotar.

Tomic fue detenido en diciembre de 2011 por conducción temeraria, son conocidos sus líos de faldas, y ya en pista ha protagonizado sonados desencuentros con su progenitor y a su vez entrenador oficial, John Tomic. Su capítulo más vergonzoso llegó en el Masters de Miami del pasado año, cuando Bernard, en un partido ante Ferrer, pidió expresamente al juez de silla del partido que echase de la grada a su propio padre. Surrealista pero cierto (lo pueden ver en el siguiente video). “Si lo ve dígale que se calle”, le reclamó al juez del partido que no salía de su asombro. “Me está molestando y necesito que salga de la pista”, solicitó el tenista australiano ante las críticas constantes de su progenitor desde la grada.

Capítulos lamentables entre padres e hijos, que recomiendan poner un muro entre la vida deportiva, sus malos resultados y las relaciones familiares. Ya sucedió con las Williams y su padre, y la historia de Bernard y John Tomic va camino de marcar otra borrón en el tenis. Si el tenista oceánico no se deshace del ‘lastre’ profesional de su padre, tendrá una presión tan grande que acabará con su prometedor futuro.

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