Lo avisé. Quizá no en voz demasiado alta, pero ya dejé reflejado en los primeros post de inicio de esta temporada que Australia había confiado el futuro de su tenis en la ‘Doble K’. Dos figuras rutilantes en su etapa junior, en la que ganaron títulos individuales y conjuntos a dúo y que respondían al nombre de Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis y con una Wild Card en el Open de Australia comenzaban a apuntar alto en el inicio de sus carreras profesionales. Ambos vencieron su primer partido como profesionales en su tierra (algo de lo que muy pocos pueden presumir).
El primero de ellos acaba de completar su gran eclosión en la hierba británica de Wimbledon. Consiguiendo una invitación tras vencer el torneo challenger de Nottingham partiendo desde la ronda previa, Kyrgios ha alcanzado los cuartos de final del torneo londinense venciendo por el camino al número 1 mundial en una exhibición de poderío con el servicio y buena cabeza y levantando nueve bolas de partido a todo un top 10 como el francés Richard Gasquet. Un resultado que le costará digerir todavía por su juventud, 19 años, pero que ya le va a permitir asentarse en el top100, disputar los torneos importantes sin necesidad de acudir a la ronda previa y embolsarse en una semana tres veces más ganancias que en lo que llevaba en su carrera (386.500 dólares por los 119.000 que llevaba ganados).
Pero volvamos a contemplar el dúo al completo. La doble K. Cualquiera que se detenga en sus apellidos sin conocerlos los hubicaría lejos de su lugar de nacimiento. Sí, en efecto, sus apellidos provienen de Grecia. El país heleno y Australia han tenido históricamente una conexión cercana. Todo nace de la expulsión de los griegos de Asia Menor a comienzos de la década de los 20 que se vieron obligados a refugiarse en Nueva Gales del Sur. Pero esos años quedan muy lejanos para estas dos nuevas figuras del tenis. Grecia conforma el séptimo grupo étnico más grande de Australia. Unas 600.000 personas tienen ascendencia helena en el país oceánico. Dos de ellas son Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis.
Giorgios, el padre de Nick es griego, y el de Thanasi, nació en la ciudad helena de Kalamata, “la tierra de las aceitunas” como la describía el propio Kokkinakis en una entrevista a ‘The Age’. Pero, ¿por qué dos familias de ascendencia griega ponen a jugar a tenis a sus hijos? ¿Cuál es la coincidencia en toda esta historia? Sencillo. No hay más que elevar la vista y fijarse en otro de los ídolos del tenis australiano de las últimas décadas. Hablamos de Mark Philippoussis, el cañonero de 1.95m que llegó a ser número 8 del mundo y a alcanzar las finales en Wimbledon (2003) y el US Open (1998).
Cuando Philippoussis, de padre griego portero de futbol de nombre Nick (como Kyrgios) y madre italiana, ganó esos torneos, Kyrgios y Kokkinakis apenas habían entrado en la escuela de primaria, pero los emigrantes griegos en Australia veían a Mark como una referencia y firmaban con los ojos cerrados que sus hijos llegaran a ser un tenista como él.
Tanto Nick como Thanasi comparten más cosas con Mark. Sus madres tampoco son australianas. La de Kygios es malasia y la Kokkinakis, libia. Además en cuanto a altura, los tres se encuentran cerca de los 2 metros. Kokkinakis es el más alto con 1.96m, mientras Kyrgios alcanza los 1,93m. Medidas de puros cañoneros que también se mueven con solvencia sobre la pista. Thanasi es un año más joven que Nick, por lo que su eclosión puede ser algo más tardía, aunque ya ronda el puesto 300 del ranking con 18 años recién cumplidos. Ambos llegarán tarde o temprano a comandar también la nave australiana en la Copa Davis, un trofeo que no ganan desde 2003, con su ídolo Mark Philippoussis todavía sobre el verde.