Más allá de los resultados del día a día y de los grandes nombres del tenis, este deporte nos deja historias de sacrificio que convierten a los deportistas en héroes y personas que sacrifican buena parte de sus vidas -y sus físicos- para ser los mejores. Hace ya un par de años se comenzó a escuchar su nombre ya entre las mejores tenistas del mundo y ahora nadie puede descartar que en poco tiempo, la rumana Simona Halep pueda llegar a ser la tenista número uno del ranking. Con un juego intenso y una condición física superior, está consiguiendo que en un territorio donde mandan cada vez más las tenistas altas y de pegada haya espacio para una chica de 1,68m y apenas 60 kilos que no deja de poner pelotas en juego y no da una bola por perdida, cuestiones esenciales para poder luchar aun teniendo un saque muy condicionado por su altura.
Pero Simona es la tercera mejor raqueta del mundo y tras ella tiene una historia curiosa y de sacrificio de imagen con un único objetivo: ser la mejor del mundo. Halep fue campeona de Roland Garros Junior en 2008, con 17 años. Su talento parecía indicar que llegaría lejos, sin duda, aunque muchos otros ‘fans’ del tenis femenino pensaban que otros de sus ‘talentos’ prevalecerían por delante de su tenis. Y es que algunos seguidores se fijaban más en los senos de la joven rumana que en su buen hacer enístico. Con una talla por encima de la 95, los pechos de la pequeña deportista eran el foco de los fotógrafos y las miradas indiscretas. Pero cuando cumplió los 18 Simona decidió realizarse una mamoplastia de reducción, esto es reducirse sus senos hasta una talla 90 ya que condicionaban su evolución como tenista y su afán de convertirse en la mejor tenista del mundo fuera de los focos que solo apuntaran a su físico.
“Afecta mi habilidad a la hora de reaccionar: mis pechos me incomodan a la hora de jugar”, declaró en 2009 la tenista.”No me gustan tampoco en mi vida diaria. Hubiera optado por la cirugía aunque no fuera deportista”, confesó al Mail británico. Su decisión hizo arder las todavía neonatas redes sociales y hubo muchos ‘fans’ que le remitieron mensajes en los que le pedían que no lo hiciera. Halep hizo caso omiso y se enfrentó a la operación con el objetivo de ser número 1.
Tras aquel episodio ha necesitado unos años para demostrar su verdadero nivel sobre las pistas. Regresó a tope en 2010, pero apenas apareció entre las 50 primeras del ranking hasta 2013. Todos se habían olvidado de ella hasta que a finales de 2013 encadenó seis títulos sobre diferentes superficies que la colocó a las puertas del top ten. Barrera que atravesó el pasado año, en el que alcanzó la final de Roland Garros y estuvo a punto de unirse a nombres como los de Justine Henin, Martina Hingis o Jenifer Capriati como vencedoras del torneo en categoría junior y profesional.
No pudo ser el pasado año, pero Halep ha empezado 2015 con fuerza y este pasado fin de semana se ha convertido en la primera tenista rumana en hacerse con un torneo Premier Mandatory -segunda categoria por detrás de Grand Slam- tras coronarse en Indian Wells. También ha conseguido su primer Premier 5 -tercera categoria- en Dubai y se encuentra tercera en el ranking a menos de 3.000 puntos de la intratable Serena Williams. Por delante solo tiene a Serena y a Maria Sharapova, ambas con una edad superior a ella, de forma que Simona tiene muchas posibilidades de aspirar a mandar en la WTA en los próximos años. Ya es una tenista notable por lo que hace dentro de la pista, por sus resultados, como ella soñaba. Una guerrera que ha demostrado que sin tetas si que hay paraíso.