Hace ya una semana que la BBC lanzó la bombita de que 16 jugadores top 50 de la ATP estarían implicados en amaños de partidos. Desde el ya mítico partido Davydenko-Vasallo Argüello que encendió la mecha de esta cuestión -el extenista ruso fue investigado por la ATP tras este encuentro y absuelto posteriormente- habrían sido, al menos según un estudio de BuzzFeed, 16 los extop 50 que habrían accedido a acordar los resultados de sus encuentros tras ser contactados por mafias para ello y haber sacado, por supuesto, un gran rendimiento a esos resultados irregulares. La BBC vendió la noticia a bombo y platillo, condicionando el inicio del Open de Australia, la primera gran cita de la temporada, pero días después, a ser cuestionados por los nombres escondieron la mano. Acto eticamente dudoso, ya que ahora la sombra de sospecha se ha extendido por todo el profesionalismo.
Ya hablamos hace meses de las miserias de los jugadores de fuera del top 100 y de sus dificultades para acudir a los torneos y las escasas bolsas de premios en los torneos más bajos. La ATP, a través de su órgano de integridad, Tennis Integrity Unit (TIU), ha sancionado de por vida a algunos de estos tenistas de más bajo nivel, y a otros temporalmente, entre ellos el bilbaíno Guillermo Olaso. Pero ahora la mancha se ha extendido y es practicamente imparable. Cualquiera ya puede sospechar de cualquiera y es complicado que no se miren ciertos resultados con recelo y pensando en experiencias pasadas y en el historial de cada uno de los tenistas. Sin ir más lejos en los últimos días dos ejemplos se encuentran bajo sospecha. El primero además atañe a una deportista guipuzcoana, Lara Arruabarrena, de la que se sospecha que junto a David Marrero perdieron de forma extraña en primera ronda del Open de Australia el pasado domingo. Los responsables de la casa de apuestas Pinnacle registraron movimientos irregulares en las apuestas previas al partido según revela New York Times. Indican que se contabilizaron apuestas por grandes cantidades en contra de la pareja española, aunque la cuota del otro dúo, Andrea Hlavackova y Lukasz Kubot, apenas alcanzaba los 1,5 euros por euro jugado. La casa de apuestas asegura que mientras en las previas del resto de partidos apenas se habían jugado 2.000 dólares, algunos apostantes elevaron hasta los 25.000 dólares la cantidad total jugada en éste, lo que provocó que la casa de apuestas cerrara el mercado. Al final Marrero y Arruabarrena perdieron 6-0 6-3 el encuentro y el tenista canario señaló que se encontraba con molestias en la rodilla.
Por tanto, ¿hablamos de tanking o de fixing? Si un jugador sabe que tiene molestias y disputa un partido qué es. Muchas veces lo hemos visto. Deportistas que con molestias, lesiones o peligro de contraerlas ante una cita clave o cercana se dejan ir en la pista para cubrir compromisos y embolsarse cuantías jugosas, sobre todo en grandes torneos. De hecho, la pareja española se embolsó por disputar esos 51 minutos de partido, 4.000 dólares australianos (unos 2.600 euros). A ese tipo de situaciones se les denomina ‘tanking’ en el argot deportivo, algo así como dejarse ir cuando el objetivo parece inalcanzable. Pero muchas veces ese tankeo tiene trazas de fixing, esto es de fijar un resultado final del encuentro. Como he comentado anteriormente, otro caso de la pasada semana también resulta ciertamente sospechoso.
En este caso se produjo en el Challenger de Río de Janeiro, en octavos de final, en el partido entre el eslovaco Andrej Martin y el argentino Guido Andreozzi. En un partido de este nivel, se registró un flujo de apuestas en la casa Betfair de 450.000 libras, unos 526.000 euros. ¿Qué hay de nuevo? Que 350.000 libras se apostaron durante el tercer set, un parcial que arrancó con Andreozzi colocándose 5-2 en cabeza y que acabó por adjudicarse el eslovaco Martin por 7-5. ¿Casualidad? Quien sabe. ¿Sospechoso? Sin duda alguna.
Esperemos que todas estas cuestiones se investiguen y que se dejen al margen fuegos de artificio y se traten de esclarecer las sospechas. De momento, y para los lectores que quizá no comprendan hasta qué límite se puede condicionar el resultado de un partido, aquí algunas muestras de tanking más que sospechosas en el circuito Challenger en el pasado curso y que quedaron grabadas por las cámaras de los torneos que se emiten por Livestream.
El flagrante super tie-break de Shabaz y Odesnik
En este caso, en un partido de dobles en el Challenger de Maui, la pareja egiptoestadounidense formada por Michael Shabaz y Wayne Odesnik parece que se dejó el coche mal aparcado. Por eso decidieron acabar en cuanto pudieron su encuentro y dejaron varias perlas en el super tie-break del encuentro. Ver para creer.
Jaziri no puede más
A punto de disputarse el último punto en el partido del challenger de Izmir entre Jaziri y Molchanov contra Myneni y Sharan, el jugador tunecino comienza a sentir molestias en su pierna. Sin aviso previo y ante el asombro general avisa a su compañero y decide retirarse ante la atónita mirada de sus rivales. Lesión relámpago le llaman.
A toda ‘Michon’
En francés ya no quería jugar. Cansado de perder juegos dice que ‘ya está bien’ y se marca un juego enorme al servicio de dobles faltas y golpes al clavo en el Challenger de Santiago.