Pregunta popular. ¿Cuál fue el partido más largo de la historia del tenis? Muchos recordarán que fue en Wimbledon si. En 2010. Entre los días 22 y 24 de junio. Duro tres jornadas. 11 horas y cinco minutos de eterno tenis entre dos sacadores. El vencedor de ese eterno encuentro que acabo con 70-68 en el quinto set fue el estadounidense John Isner, pero dos años después a estas alturas, ¿quién recuerda al hombre que perdió en aquella primera ronda?
Tic, tac, tic, tac…tiempo. Algunos lo habrán recordado ya que no hace tanto. Fue el francés Nicolas Mahut, que quedó marcado desde aquel día como tenista maldito ya que a cada paso que daba y a cada torneo que acudía se le preguntaba por aquel partido. De hecho todavía se le pregunta, algo que ya cansa al francés. Pero figurar en la historia por aquel partido también provocó en el galo el inicio de una factura física que le llevó a cortar la temporada el pasado año a finales de septiembre y no regresar hasta febrero de este 2013. Más de cuatro meses para comprobar si su maltrecha rodilla. “Pensaba que jamás volvería a una final”, señalaba Mahut hoy tras el encuentro de última ronda en el torneo de Hertongenbosch en Holanda en el que ha podido coronarse por primera vez en un torneo de la ATP a sus 31 años.
Su parada obligada en el circuito le ha hecho perder un número importante de puestos en el ranking, pasando del 68 en el que figuraba cuando tuvo que detenerse en octubre, al 240 (peor puesto desde 2002) con el que aparecía esta semana en los Países Bajos para disputar este torneo gracias a una invitación. Nadie, insisto, nadie, ni siquiera él creía que a estas alturas podía añadir su primer torneo individual a su palmarés, además ya está más centrado en los dobles, buena muestras es que este año ha alcanzado la final de Roland Garros junto a su compatriota Michael Llodrá.
Pero la magia del tenis ha sabido recompensar al perdedor histórico, y desde hoy Mahut ha abandonado esa categoría de maldito. El que fuera campeón junior de Wimbledon en el año 2000 , ha conseguido batir en la gran final a Stanislas Wawrinka por 6-3 y 6-4 y ha cerrado una semana sin perder un solo set sobre la hierba holandesa. Con una rodillera en su articulación izquierda, el galo ha vuelto a sonreir, y a la tercera (disputó dos finales ATP en 2007) ha conseguido que su nombre brille en el palmarés de vencedores de algún torneo. Ya no hará falta que siempre le pregunten por lo mismo y podrá contar a sus hijos y nietos que al final de una semana fue el mejor en un torneo en el planeta.