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Alexis Algaba

La bola entró

El rastafari más famoso que Usain Bolt

Singular, espectácular e inigualable. Un rastafari se ha colado en la corte de la Reina en Wimbledon. Con un tenis diferente, enloquecido y con un estilo tan caótico que cabe preguntarse más de una vez cómo ha podido alcanzar la tercera ronda en el All England Tennis Club. Pero está ahí, y si nadie le pone freno, no es descabellado pensar que el jaimaicanoalemán Dustin Brown se pueda colar en los cuartos de final del torneo, o quizás llegar hasta las semifinales. La parte del cuadro por la que partió está relativamente limpia de favoritos tras las derrotas de Nadal y Federer, entre otros, y para plantarse en semifinales ‘solo’ deberá superar a Adrian Mannarino, Benoit Paire y posiblemente Nico Almagro. Una gran ocasión para un tenista con una historia muy particular.

‘Dreddy’ Brown (se le conoce así por su pelo rasteado) nació en Celle, Alemania en 1984. De padre jamaicano y de madre alemana se trasladó a los 12 años hasta el país de su padre para mejorar su tenis, entre otras cosas. Allí evolucionó y se hizo tenista neo-profesional, aunque no jugó practicamente un torneo ATP hasta los 19 años. De hecho no volvió a Europa hasta 2004 y con un ranking que sobrepasaba el puesto 500. Para entonces, eso sí, y había debutado en la Copa Davis con Jamaica en 2003, su única participación como jamaicano en dicha competición.

Entonces, ¿cómo un tenista en el puesto 500 del ranking se podía ganar la vida en Europa? Muy fácil. Sus progenitores le regalaron una furgoneta con la que viajar por Europa de torneo en torneo y ahorrarse así los caros billetes de avión. Así viajo por Alemania, Italia, Holanda y Francia jugando torneos Futures (campeonatos de sexta categoría). Hasta 2009 no comenzó a carburar su carrera como tenista, cuando su primera incursión en torneos Futures en España le permitió llegar a alguna que otra final y optar por dar el salto a Challengers en Alemania, donde consiguió sus primeros resultados potables. Suele ser atípico continuar jugando Futures con casi 26 años de edad ya que los tenistas que los disputan son jóvenes recién salidos de la academia que necesitan foguearse y hacerse un ranking. Durante esos cinco años que le costó explotar, Brown apenas llegó a los 8.000 dolares en premios al año y su ranking siguió rondando el puesto 500.

La suma de presencias en Challengers y los buenos resultados le permitieron debutar en 2010 en cuadros finales de torneo ATP y ese mismo año llegó su debut en un grande. En Wimbledon como ahora, pero sin poder superar la primera ronda. Más tarde en agosto logró la que hasta hace cuatro días era su única victoria en un Grand Slam en su palmarés en primera ronda del Us Open ante el alicantino Rubén Ramírez Hidalgo. Su rival en segunda ronda en Nueva York resultó ser Andy Murray por lo que Brown no dudó en asegurar que tras ese partido sería “más famoso que Usain Bolt” en su tierra, Jamaica. Murray lo barrió en tres sets, y ‘Dreddy’ apenas dio más que hablar que aquel partido.

Meses más tarde se encontró ante una encrucijada de nacionalidades. Ante la falta de apoyo financiero de la Asociación de Tenis de Jamaica, Brown barajó la posibilidad de nacionalizarse británico. Al parecer, había interés por ambas partes, y Brown quería utilizar la nacionalidad de su abuela paterna para poder hacerse ciudadano británico y competir bajo esa bandera. Su petición fue denegada debido a que no había residido 24 meses continuos en Gran Bretaña, por lo que el sueño de representar a ese país en la Copa Davis se esfumó. Eso sí, meses después, Brown anunció por Facebook que jugaría a partir de entonces bajo bandera alemana.

Con 28 años, su mejor ranking llegó a ser el 89 en 2011 contabilizando 12 victorias y 27 derrotas en torneos ATP a lo largo de su carrera. Este año su ranking ya había caído hasta el 189 y apareció en Londres para clasificarse para el cuadro final de Wimbledon. Dreddy es un tenista peculiar, su tenis es de jugarse todas y cada una de las bolas que tiene. Un juego caótico pero que en hierba da sus réditos si estás medianamente acertado. Con el servicio no duda en buscar una y otra vez el saque y volea, buena muestra de ello son las más de 80 veces que acabó en la red un punto en el partido de segunda ronda ante Lleyton Hewitt. Genio y figura, hasta hace poco llevaba los cordones de las zapatillas de diferente color, si gana un punto espera a recibir la misma bola para volver a sacar, y en ocasiones al resto también se guarda varias bolas en su bolsillo.

Su tenis es espectáculo puro como pueden ver en el siguiente resumen del partido ante Hewitt. “Lloré como una niña de la emoción tras el partido”, dijo Brown. Normal, aunque quizá se deba guardar alguna lágrima por si llega a semifinales del torneo.

http://www.youtube.com/watch?v=Mm7CyjQKiYk

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