Uno nace en Bilbao con el orgullo puesto. Lo quiera o no lo quiera, y provenga de donde provenga. Cada ciudad lleva consigo lo suyo, pero es difícil encontrar una más dispuesta a recrearse en sus tópicos, a solazarse en todo lo que significa el bilbainismo, aunque a veces resulte insoportable para ajenos y propios. […]