Era un viejo espejo que llevaba en la familia desde, ya no se sabía ni desde cuándo. Lo que sí recordaban es que se compró a un anticuario francés.
El espejo presidía desde hacía años el salón, pero había pasado por diferentes etapas; al principio, cubierto con purpurina, después, ante el evidente deterioro del marco, lo pintaron de negro.
Hasta que un buen día, su dueña decidió restaurarlo para devolverle su precioso color dorado original. Para ello utilizó “pan de oro” y grandes dosis de tesón y paciencia, ya que tardó un año entero en terminar su labor.
Aplicar dorado a un marco con la técnica del pan de oro es un proceso largo y complejo. Primero, hay que preparar la superficie y luego aplicar el pan de oro, que viene en forma de delgadas láminas doradas sobre las que recomiendan “ni respirar” mientras se aplican al marco. Después, para darle ese bonito efecto avejentado, hay varias técnicas que se pueden emplear, todas explicadas en este vídeotutorial que hemos encontrado en YouTube y que lo explica de manera muy sencilla.
Finalmente, todo el esfuerzo invertido tuvo su recompensa. El resultado os lo enseñamos hoy en las imágenes que acompañan a este artículo. Este antiguo espejo restaurado forma ahora parte de un coqueto apartamento en el que conviven a la perfección muebles modernos con otros antiguos. Colocado estratégicamente en la intersección de dos pasillos, no solo es un original elemento decorativo, sino que contribuye a potenciar la luz natural.
Habitualmente hay muebles que llevan tanto con nosotros que ya ni nos planteamos darles una segunda vida. ¿Habéis restaurado un mueble viejo al que le habéis dado un uso original? ¿Opináis que los muebles merecen una segunda oportunidad o preferís cambiar totalmente de ambiente al redecorar una habitación? ¡Gracias por compartir vuestras experiencias!